El 19 de noviembre es el Día Mundial del Saneamiento (o del Retrete), celebrado por Naciones Unidas con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la importancia del saneamiento, un salvavidas que evita la transmisión de enfermedades y facilita la salubridad de los espacios. Esta finalidad se enmarca en el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº6: ‘Agua y saneamiento para todos’ de aquí a 2030.
Este año, la temática del Día Mundial del Saneamiento se centra en el impacto de la crisis de saneamiento en las aguas subterráneas bajo el lema ‘Hacer visible lo invisible’, y explora cómo los sistemas de saneamiento inadecuados esparcen los desechos humanos en ríos, lagos y suelos, contaminando los recursos hídricos subterráneos.
El nuevo desafío al que se enfrentan las ciudades es lograr evacuar con el menor impacto ecológico un flujo de agua (aguas residuales y aguas pluviales) cada vez mayor. Para ello, es necesaria una revolución en la gestión para anticiparse a los posibles problemas que pueden surgir en la evacuación de las aguas, siendo imprescindible ir de la mano de la digitalización y las nuevas tecnologías
Desde Hidralia, como concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado de San Fernando, se trabaja para seguir avanzando en este sentido a través de la introducción de sensores en toda la red, tratar de forma global los datos, elaborar programas de limpieza del alcantarillado para lograr que San Fernando se adapte ante los nuevos retos a los que se enfrenta por el crecimiento de la población y las consecuencias del cambio climático.
Entre ellas se encuentra un cambio de patrón en las precipitaciones, con una tendencia a que las lluvias se produzcan con mayor intensidad y fuerza, descargando en poco tiempo una gran cantidad de agua, lo que puede generar problemas y precisa de un sistema de evacuación preparado para hacer frente a esos golpes de tormenta.
Es por ello que la empresa tiene una planificación y trabaja para aumentar la resiliencia de la ciudad ante la nueva dinámica de los temporales a través de la mejora, renovación y optimización de las redes de saneamiento de la ciudad (que ya cuenta con más de 200 kilómetros de redes) con el objetivo de enfrentarse a estos nuevos retos que plantea el cambio climático y garantizar un sistema eficiente y sostenible.
Para asegurar el buen funcionamiento de las redes de saneamiento es importante su mantenimiento y por ello desde Hidralia se realizan revisiones y limpiezas continuas de la red, así como refuerzos en diferentes periodos (como es el caso de la campaña que se acaba de realizar con motivo del inicio de la temporada de lluvias). Unas labores que se planifican a través de aplicaciones y sistemas en función de parámetros como la repetición de incidencias, el grado de sedimentación o la pendiente de los colectores. Además se disponen de sensores en diferentes estaciones de bombeo y en los puntos de alivio al medio que permiten dar información en tiempo real de distintos indicadores y actuar de forma remota.
Un esfuerzo que ha permitido en lo que va de año la retirada de más de 150 toneladas de desperdicios de las conducciones de alcantarillado de la ciudad. Un dato que se mantiene en los últimos años e incluso ha ido en aumento. De hecho, en 2020 se retiraron 106 toneladas y en lo que va de 2022 ya se han retirado más de 150 toneladas de los sistemas de saneamiento de la ciudad, tanto de la red como de instalaciones como las Estaciones de Bombeos de Aguas Residuales (EBARs).
Las incidencias a causa de estos desperdicios impiden el buen funcionamiento del sistema y suelen estar formados por productos para el cuidado personal (toallitas, tampones y bastoncillos, entre otros) que no deberían de acabar en la red.
Es por ello por lo que desde Hidralia se hace un llamamiento a los isleños para que realicen un buen uso de los urinarios, sobre todo respecto al tema de las toallitas húmedas, que siguen siendo una de las principales causas de atoros y atascos de la red, recordando la necesidad de que se desechen en el cubo de la basura y no se tiren al WC.