Manolo y Modesto, Modesto y Manolo, vaya pareja de insensatos. Vinisteis el viernes a La Isla y la habéis liado. No sé cómo se consienten estas cosas sabiendo que la gente está muy falta de buenos ratos. Aquí en el manicomio también la habéis formado gorda, porque los locos más agresivos querían salir de golpe a veros. Y, cuando se enteraron de que veníais con un libro nuevo, se fueron al despacho del director a montarle el numerito y a exigirle que los dejara salir. El director los puso firmes y les dijo que solamente iban a salir dos majaras, Antonio Montiel y el Loco de la salina, y que ya nos contarían después. Tiraron los colchones por las ventanas y al final hubo que ponerles la camisita de paseo. Menos mal que no sabían que unos días antes ya habían estado Manolo y Modesto en el manicomio, porque querían que los dos majaras más majaras de la casa les presentáramos el acto. Esos éramos nosotros. De modo que el viernes nos fuimos al Cine Almirante, hoy con un nombre interminable lleno de cortes, y aquello estaba hasta la bandera. Con una guitarra y muy poquísima vergüenza nos metimos en una sala atestada de gente.A esa hora jugaba el Cádiz, retransmitían los cantes de las agrupaciones desde el Falla, la noche invitaba a tomar unas copas… Pero nada, no importaba. Aquello se llenó de un personal ansioso por ver y por escuchar. Salimos Antonio y yo e hicimos una faena de aliño. Explicamos un poquito el libro que nos traían, llamado “Generación Tangai”, mientras en Bilbao le metían al Cádiz cuatro chícharos. Salieron por fin Manolo y Modesto, dos caras conocidas de sobra, Manolo por ser más de La Isla que el 44, Modesto por salir a diario en Andalucía Directo de Canal Sur, y ambos por su desvelos por el Carnaval. El esfuerzo que estos dos monstruos han hecho para mostrar el Carnaval de Cádiz a todo el planeta a través de Canal Sur no tiene precio. Al principio los tacharon de intrusos, hoy los bien nacidos les besan los pies.
Desde mi asiento estuve observando varios detalles. Primero, que les duele Cádiz. Y, cuando digo Cádiz, digo la Bahía y lo que cuelga. Segundo, que no iban a lucirse, ni iban de enterados, sino que su preocupación era que el público de la sala se lo pasara bomba. Tercero, que son amenos y maestros de la comunicación, por lo que durante todo el tiempo de su exposición tenían al público en un puño.
Al final, quedamos todos convencidos de que lo de Cádiz es único en el mundo. También hay otras fiestas que están bien, pero lo del Carnaval de Cádiz se sale y no tiene comparación con nada, porque solamente se produce en esta tierra.
Al volver al manicomio nos encontramos con todos los locos esperándonos y les tuvimos que leer el libro enterito.
Como siempre, tengo que advertir a los que sigan estas líneas, que el que no lea “Generación Tangai” es que no tiene entrañas gaditanas. Y desde luego podrá decir que es gaditano, pero que le falta conocimiento y pasión, que son los dos motores del orgullo que se desprende del libro presentado. Además, ya cogeremos por la calle al que no lo haya leído.
Modesto Barragán y Manolo Casal, Manolo y Modesto, gracias por vuestro trabajo, y, para otra vez, que no se enteren los demás locos de que estáis por aquí. En todo caso, pienso con este cerebro desquiciado que vosotros dos estáis más locos que la mitad del manicomio. Un fuerte abrazo.
