La Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí (Fampa Huelva) ha decidido hacer de la desgracia una oportunidad y, en esa línea, intentar sacar provecho al impuesto cierre de aulas por el coronavirus.
Por ello, ha encargado un informe a un arquitecto que ya ha remitido a las distintas administraciones (Delegación de Educación, Subdelegación del Gobierno y Diputación de Huelva) en el que se plantea aprovechar el estado de alarma y el consiguiente cierre de centros educativos a los alumnos para hacer mejoras en sus instalaciones.
Con ello se conseguiría un doble objetivo. De un lado, un impulso a la construcción y, por tanto a la economía, y de otro lado, hacer frente a “infinidad de actuaciones” pendientes y demandadas por las ampas onubenses desde hace mucho tiempo.
Según ha explicado a Viva Huelva la presidenta de la Fampa onubense, María Jesús Valle, se trataría de “aprovechar los recursos que van a venir”, reestructurando los presupuestos para hacer mejoras en los centros educativos de toda la provincia, pues “hay centros en situaciones muy alarmantes”. Aunque prefiere no enumerar centros, porque “sería discriminar”, sí índice en que hay necesidades comunes en muchos espacios educativos, como la instalación de pérgolas o zonas de sombra y protección de lluvia en las zonas de recreo.
En el informe elaborado por un arquitecto se indica que “en el sector educativo nos encontramos con la no presencia de alumnado ni profesorado en las aulas, y tan sólo el equipo directivo y administrativo accederá a los centros probablemente. Si miramos desde otra perspectiva este panorama, esta incómoda y excepcional situación, podemos transformarla en positiva debido a una posibilidad de mejor ejecución de las obras de reforma en los centros, ya que no habría interacción con personal, ni molestias acústicas, ni vibraciones, ni interrupciones de clases. De la misma manera, esta menor interacción con el personal permite en estos momentos una menor posibilidad de transmisión del virus, un mayor control de las medidas de seguridad de las obras, etc.”
De la misma manera, apunta el informe, “esta acción también permite que los puestos de trabajo ya estimados se mantengan, lo que redunda positivamente en el aspecto económico social actual en el que muchas personas se han visto afectadas por ERTES o incluso paralización de actividad por parte de los autónomos del sector que han visto paralizadas o canceladas sus obras”.
En esta coyuntura, “podríamos pensar en que parte de la solución a esta parálisis puede ser la reactivación por parte del ente público de la inversión en la educación mediante nuevas licitaciones para la reforma, mejora, ampliación, etc., que necesita la comunidad educativa para dar solución a las necesidades y reivindicaciones actuales de la comunidad educativa, e incluso para adelantarse y afrontar desde ya las necesidades de la nueva normalidad que desde las autoridades educativas se están planteando para el curso que viene con nueva ratio de alumnos, turnos de las mismas, necesidades mayores de ventilación, de desinfección, etc.”
En definitiva, explica Valle, “aprovechar el impulso que necesita la economía para salir del estado de alarma económica que viene tras la sanitaria y favorecer a los centros educativos, ya que, al final, hablamos de salud infantil”.