Viva Cádiz ha entrevistado a Juan Carlos Corvera es presidente de la Fundación Educatio Servanda y de los Colegios Juan Pablo II, entre ellos el de Cádiz capital, para conocer la capacidad de reacción de sus centros y sus claustros de profesores y comunidades educativas para hablar del reto que supone para el sistema educativo seguir la evolución de sus alumnos vía on line y el aprendizaje que están sacando de esta situación de confinamiento.
Hay profesores que están grabando audios para que los niños de Infantil puedan seguir el ritmo y puedan seguir conectados con sus maestros"¿Cómo se están organizando los centros Juan Pablo II que su institución educativa tiene en Andalucía?
-Bueno. Depende. Los centros se están organizando en función de las edades de su alumnado. Por ejemplo, en el centro de FP que tenemos en Cádiz junto a la Catedral, evidentemente la autonomía de los alumnos hace que casi hayamos podido desde el principio de esta crisis, de este confinamiento, que desde casa puedan seguirse las clases on line por una plataforma que adquirimos para esta circunstancia concreta. Ellos (los alumnos) desde sus casas y los profesores también desde las suyas están siguiendo las clases con total normalidad dentro de su horario, regulando un poquito los tiempos de desconexión porque es más cansado estar delante de una pantalla que estar en un entorno de aula, pero las conexiones se realizan con total naturalidad, y el centro está siguiendo sus clases y su desarrollo académico con normalidad.
En los colegios la situación es diferente aunque evidentemente también hemos apostado desde el principio por la enseñanza on line en la medida que se puede. Por varios motivos: en primer lugar, porque la relación es más directa entre el profesor y el alumno que exclusivamente con los trabajos que se mandan cada día a las casas, que también lo hacemos, pero también es verdad que mantiene un poco más la tensión académica y necesitamos que no se pierda del todo por si después de este confinamiento –Dios lo quiera- volvemos a las aulas este mismo curso y que no haya después que perder otra semana en recuperar ritmo. Intentamos que el ritmo a través de estas clases on line se mantenga. También pensamos en las familias. Los momentos en los que los alumnos están directamente conectados con su profesor a través de las herramientas son también un tiempo que están ellos mismos sin tener que depender de sus familias, trabajando y en un ritmo normal de clase. Por todo ello intentamos que haya las máximas horas posibles de clases on line por las plataformas que hemos preparado al efecto.
¿Puede ponernos algún ejemplo concreto?
Ejemplos concretos hay muchos. Todos los jueves tenemos una reunión-videconferencia con todos los directores de todos los centros de la institución en todas las comunidades. Por ejemplo, en Andalucía, el colegio de La Línea de La Concepción o el de Juan Pablo II de Cádiz, en el barrio de La Viña, se ha hecho lo mismo: han puesto a su técnicos de TIC al servicio de las profesores, los han liberado de horas, de clases y han puesto a los técnicos al servicio tanto alumnos, como profesores como de las familias. Uno de ellos me decía que tenían una media de 50 preguntas técnicas diarias. En el de Juan Pablo II de Puerto Real conectan una o dos veces por semana también a los alumnos de Infantil para que sigan en contacto con sus compañeros y con sus profesores, evidentemente con tareas adaptadas a su edad, y eso hasta 5º de Primaria en todos los centros. En el de Almería también hay al menos una o dos clases al día desde Sexto de Primaria a 4º de ESO para conectar, no perder el ritmo académico, sobre todo conectado más en la asignaturas troncales, y en todas las demás, por supuesto, con tareas diarias, en fin, un poco lo que estamos haciendo o intentando hacer ya la mayoría de los centros.
¿No ha supuesto un reto técnico y académico considerable? ¿Cómo lo han conseguido?
Sí, es un reto técnico considerable y académico. Desde luego esto suena a tópico pero es verdad. Cualquiera que esté pasando por una circunstancia parecida sabe que una cosa así solo es posible hacerlo bien cuando se suman los esfuerzos de todos: desde la institución que está dirigiendo, coordinando todas estas acciones para que ninguno de los centros se quede atrás con independencia del contexto social, económico y cultural en el que estén, hasta la implicación de los equipos directivos, y por supuesto de todos los claustros de profesores, maestros de Infantil, Primaria, Secundaria, que están grabando en audios para que los niños de Infantil puedan seguir el ritmo y puedan seguir conectados con sus profesores, grabándose clases directamente, utilizando plataformas como Facebook o el WhatsApp, fotografías con los móviles para personas que no tienen una herramienta informática en casa, aunque sean pocas. Como todos tienen móvil, pues con esos casos utilizamos el móvil. Es decir, al final es un reto desde luego académico, tecnológico y ha supuesto un esfuerzo impresionante para toda nuestra organización.
¿ Podemos sacar alguna enseñanza de esta situación para la escuela en general?
Yo creo que sí, la primera enseñanza que podemos sacar de esta situación es la capacidad real que ha sido esta crisis -que está siendo la prueba del nueve- que tienen todos los claustros de profesores y los centros de adaptarse a la realidad de su contexto cultural social y económico. Cuando se dice que se quiere hacer todo exactamente igual para que todo el mundo tenga las mismas oportunidades, yo he comprobado en esta crisis tan grande y que nos está haciendo tanto que pensar a todos que realmente la capacidad de adaptación que tienen los propios centros es infinitamente mayor que la que puedan tener un organismo autonómico o mucho menos nacional. Cada centro ha sabido adaptarse a su realidad, a sus familias y a su contexto, y a sus necesidades mucho mejor que si hubiera habido una instrucción, como normalmente hay en la enseñanza normal. Todos tienen que hacer esto, evidentemente tiene que haber unas reglas del juego para todos, pero yo diría que esta crisis nos ha demostrado que si tuvieran los centros una mayor autonomía de trabajo, los centros inyectarían al sector educativo y de la enseñanza una creatividad y una capacidad de renovarse de reinventarse de crecer de ofrecer a la sociedad unos sistemas mucho más plurales para que cada familia pueda elegir con una mayor pluralidad. Yo creo que esto nos ha demostrado que somos capaces los centros de hacerlo, que son capaces de hacerlo los claustros, y me gustaría que de aquí sacásemos esta lección para flexibilizar, en la medida de lo posible, y darle a los centros, una mayor capacidad de decisión, una mayor libertad, una mayor autonomía para poder gestionar sus metodologías, sus aprendizajes y adaptarlos a su contexto. Esta crisis ha sido la prueba del nueve. Cuando a los profesores y a los centros nos dejan, lo sabemos hacer.