La Virgen de los Dolores preside hoy domingo y mañana lunes un besamanos de carácter extraordinario que le permitirá recuperar la imagen que tenía hace 125 años, cuando bajo la advocación de Nuestra Madre y Señora del Traspaso recibía culto en la capilla de San Juan de Letrán. El acto se enmarca en el 75 aniversario fundacional de la Hermandad de las Tres Caídas y viene a poner punto final a una suerte de préstamo o cesión verbal de la imagen por parte de la cofradía que da nombre a la Madrugada del Viernes Santo.
La historia es la siguiente. Cuando la Hermandad de las Tres Caídas inició su andadura, en 1940, encargó a Ramón Chaveli la ejecución de Nuestro Padre Jesús de la Salud, pero necesitaba una imagen mariana para reorganizar de algún modo la antigua Cofradía de los Dolores del Monasterio de Belén. La primera intención de los promotores de la nueva hermandad fue la de rescatar a la imagen a la que había rendido culto aquella cofradía. Sin embargo, unos pocos años antes ya había sido adquirida por los fundadores de la Hermandad de la Yedra, recibiendo culto en la Plazuela bajo la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza.
Un antiguo sacristán de San Juan de Letrán -padre de Diego Romero Fabiere- puso en conocimiento de la incipiente hermandad de San Lucas que detrás del retablo del templo de la Alameda de Cristina se conservaba al menos el busto de la imagen que hasta 1891 recibió culto como Virgen del Traspaso. Por tanto, la dolorosa había estado durante medio siglo retirada del culto y en situación de abandono.
Las dos hermandades llegaron a un acuerdo y formalizaron una cesión o préstamo de la que no ha quedado ningún tipo de documentación. “Parece que debió existir un documento con la firma de los dos hermanos mayores y el director espiritual, pero no consta ni en los archivos parroquiales ni en los de ninguna de las cofradías. O se perdió, o aquello no fue más que una cesión verbal”, explica José Antonio González, hermano mayor de las Tres Caídas.
En San Juan de Letrán, la versión más extendida alude a “un préstamo que terminó consolidándose”. “Por eso ahora surge la idea de firmar un documento de cesión”, aclara el hermano mayor del Nazareno, Raúl Castaño, que no oculta que durante algún tiempo, los más veteranos de la cofradía miraron con cierto recelo a la hermandad de San Lucas. “A los mayores nunca terminó de gustarles la idea, algo que no se entiende porque la Virgen había estado mucho tiempo retirada del culto y abandonada”, añade Castaño.
La jornada de hoy comienza en San Juan de Letrán a las 08.00 horas, con el rezo de una oración que servirá de punto de partida a un rosario de la aurora integrado por cofrades de ambas corporaciones. El cortejo estará presidido por el Simpecado de la Hermandad de las Tres Caídas y el Sine Labe Concepta de la Hermandad del Nazareno.
El rezo del santo rosario culminará en la iglesia de San Lucas con una oración conjunta ante la Virgen de los Dolores, que estará expuesta en ceremonia de besamanos. Posteriormente se celebrará una eucaristía, a las 11.00 horas, y a su finalización se procederá a la firma de un documento que dará oficialidad a la cesión perpetua de la antigua imagen de Nuestra Madre y Señora del Traspaso a la Hermandad de las Tres Caídas.
Una antigua fotografía, del último tramo del siglo XIX, va a permitir que la Virgen de los Dolores se ofrezca a los jerezanos con un aspecto similar al que tenía entonces. “Hemos tenido la suerte de recuperar esa fotografía, en la que puede verse a la imagen en nuestro paso de palio luciendo una corona, saya y pecherín que todavía conservamos”, comenta Raúl Castaño.
Estas piezas han sido cedidas para la ocasión a la Hermandad de las Tres Caídas con la idea de que la Virgen de los Dolores vuelva a lucirlas 125 años después de haberlo hecho por última vez.
El acto de hoy va a hermanar de manera definitiva a estas dos corporaciones, al tiempo que permitirá dar carta de naturaleza a lo que hasta ahora no pasaba de ser un acuerdo verbal que había adquirido carácter formal por la vía de los hechos y el paso del tiempo.
La antigua imagen de Nuestra Madre y Señora del Traspaso se quedará ya para siempre en San Lucas -futuro santuario del Señor de la Salud-, el templo que ha sido su casa y en el que ha recibido culto durante los últimos 75 años.