Profesora de Educación Especial en el IES La Orden de la capital onubense, Dolo Vidosa sirve de ejemplo sobre la difícil situación que atraviesa el profesorado en medio de la crisis que lo está arrasando todo. Viva Huelva contacta con ella para que analice cómo sobrevive la educación en estos tiempos, tanto a nivel docente como desde la perspectiva de unos alumnos que crecen en mitad de una época en cambio o un cambio de época. La también poeta da las claves en una entrevista cargada de sentido y responsabilidad social.
El profesorado no pasa por su mejor momento. Inmerso en el ciclo de los recortes, sus agentes trabajan día a día desde el convencimiento del papel clave que tiene la educación para, pese a los continuos golpes que recibe, poner las bases de la recuperación social. En la entrevista concedida a Viva Huelva, Dolo Vidosa analiza la salud de un sector fundamental que, como todo en esta época, ha tenido tiempos mejores.
¿Cómo estáis viviendo los profesores toda la revuelta económica en educación?
–La verdad que lo estamos notando muchísimo. Primero, personalmente cada uno porque, como ya se sabe, nos están recortando el sueldo, nos han quitado la paga extra de Navidad, han aumentado las horas lectivas... Con todos los recortes, la gente está muy desmotivada, en muchos centros se están dejando de hacer actividades extraescolares, se está dejando de acudir a los cursos de formación del centro de profesores como protesta ante los recortes... De algún modo tenemos que responder ante esto.
Siempre se ha dicho que la educación es un pilar fundamental tanto en época de bonanza como en época de crisis. Si tuvierais todos los medios que deberíais tener, ¿qué podríais aportar para salir de la actual crisis?
–Formar a las personas, a los niños, es fundamental. Nosotros tenemos colgada una pancarta en la puerta del centro que dice que a menos educación, más pobreza. Podríamos decirlo en positivo, y defender que a más educación, menos pobreza. La educación es el pilar del país, lo más importante que hay. Si recortan en educación en un país que va para abajo, pues más abajo se va a ir.
¿Os sentís reconocido a nivel social?
–Creo que no, pero no en este barrio en particular. En general, en toda Andalucía y en toda España, el profesorado, desde hace muchos años, no de ahora con la crisis, sino como ya te digo desde hace muchos años no está reconocido ni valorado en ningún sentido.
Has apuntado antes que el profesorado está muy desmotivado, ¿dónde os agarráis para seguir vuestro trabajo con ilusión?
–Creo que el profesor, en general, es muy vocacional. La educación sigue funcionando gracias a la profesionalidad de los profesores, aunque mucha gente pueda pensar lo contrario. Gracias a nuestra profesionalidad y a que cada uno responsablemente sigue haciendo su trabajo, la educación sigue para adelante. Pese a que la administración esté poco por motivarnos, cada uno sabe lo que tiene que hacer y lo hace, y gracias a eso sigue funcionando.
¿Cómo se posicionaría si hubiera una huelga indefinida como elemento de presión?
–Creo que sería un gran elemento de presión, pero tendría que ser una huelga indefinida y mayoritaria, por no decir que la hiciera todo el mundo. Si hiciéramos eso, ahí sí que tendríamos poder. Si todos los profesores se unieran, y la hiciéramos y se cerraran los centros, entonces sí que tendríamos muchísimo poder porque se paralizaría todo. Eso sí, es muy difícil hacerlo, y más con el estado actual de crisis, que a la gente le hace falta el dinero. Una huelga indefinida habría gente que la podría hacer y gente que no. Pero desde luego, si todos los profesores nos pusiéramos de acuerdo y tomáramos medidas drásticas, entonces nos tendrían que escuchar.
Eres profesora desde 1988, ¿qué cambios has ido notando en la mentalidad y la motivación de los chavales?
–Yo soy profesora de Educación Especial. Con los chavales con los que yo trabajo no noto mucha diferencia. En general, y así lo demuestran los informes Pisa, hemos ido bajando. Hay más fracaso escolar, más niños que no terminan la educación obligatoria, más desmotivación... Y esto desde hace muchos años.
¿Y a quién le echamos la culpa?
–Muchos profesores te dirían que a la Logse. La Logse ha hecho mucho daño en este país. No es que la Logse sea una ley mala en sí misma, pero sí es verdad que para ponerla en práctica hacían falta más recursos y más formación por parte del profesorado. Los niveles han ido bajando cada vez más. Cada vez se ha ido exigiendo menos a los niños, los niños han ido aflojándose. Por otro lado, que haya habido tantas reformas tampoco ha beneficiado en nada. Cuando te estás adaptando a un cambio, viene el siguiente y así es imposible trabajar ni programar con vistas al futuro. Pero hay más factores. La sociedad en sí misma, los valores que han ido cambiando... Pienso que esta crisis económica está llevando a que la gente esté desmotivada. Entre todos, tenemos que luchar contra eso, huir del negativismo contagioso, ser creativos e inventar nuevas formas de vivir. Tenemos que luchar por contrarrestar todo esto.
¿Serías capaz de hacer un diagnóstico del perfil medio del chaval de La Orden?
–Compañeros que llevan aquí muchos años han notado cómo los niveles han ido bajando.
¿Por dónde se puede vislumbrar que la educación vuelva a tener un papel clave en la salud social?
–Invirtiendo en educación. Invirtiendo no sólo económicamente, sino poniendo una buena dosis de sensatez y sentido común, que es lo que ahora mismo falta mucho en educación. Y apostando por la educación pública. Ahora mismo se le está dando mucha cancha a la educación privada, y creo que donde hay que apostar fuerte es por la educación pública. Con este tema soy un poco radical. El que quiera una educación privada, que la pague. Tantos conciertos me parecen un poco injusto, y más cuando se está abandonando la educación pública.
Centrándonos en tu labor de escritora, ¿qué tiene de poético esto de la educación?
–Mucho. Para mí, lo más poético que hay es la persona humana, y más los niños, que me aportan muchísimo.
¿Utilizas tus obras como material escolar?
–Sí, y lo hago porque a los niños les encanta. El último libro, ‘Cuando todo era arena’, que son relatos cortos, les encanta a los niños. Los tengo que convencer para que leamos otra cosa. Nadie se puede conocer mejor esos relatos que mis alumnos. Son mis más entusiastas lectores.
