La función de cualquier canal de aguas es dar vida, ya sea a los ciudadanos con su abastecimiento o a los campos de la provincia para que puedan florecer y dar sus frutos. Sin embargo, el canal de enlace directo para transportar las aguas del Chanza al Canal del Piedras, además de no estar en funcionamiento aunque fue construido a finales de los años 90, se ha convertido en una trampa mortal para muchos animales, fauna salvaje y cinegética, que cae a su cauce y allí queda atrapado hasta que fallece o es víctima de algún cazador.
Así lo aseguran los vecinos de la zona de Cartaya, que han hecho llegar a Viva Huelva esta denuncia ciudadana, explicando que el muro de hormigón que delimita el canal en sus márgenes, impide a los animales ver el precipicio que hay tras ellos, y “son muchos los que caen y quedan atrapados, muriendo ahogados, de hambre, de sed o en manos de algún cazador sin escrúpulos que llega y los mata”.
Así, relatan que “en las conducciones de agua entre Aljaraque y San Silvestre, por ejemplo, no es extraño ver cadáveres, huesos o caparazones, todos en avanzado estado de descomposición, porque, aunque lo saben desde hace años, las autoridades no actúan”.
Lo más alarmante es que algunas de las víctimas de este canal son las tortugas de la especie ‘mauremys leprosa’, que gozan de una protección especial por parte de la Unión Europea y de la Convención de Berna. Sin embargo, desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía aseguran que “no tenemos constancia de esta circunstancia”.
Respuesta
Además, han respondido a Viva Huelva que el canal de enlace directo fue ejecutado a finales de los años 90 por la Confederación Hidrográfica del Guadiana con objeto de permitir transportar las aguas procedentes del Chanza directamente al Canal del Piedras. Se trata de un “by-pass” del embalse del Piedras que “permitiría mejorar las condiciones del servicio”, pero “ante la falta de necesidad actual de caudales punta mayores a los servidos con la red existente, no ha sido necesario por el momento su puesta en funcionamiento, si bien es previsible que en muy corto plazo entre en funcionamiento”.
También explican que el muro de hormigón de sus márgenes se levantó para “aumentar la capacidad de transporte de agua hasta las diferentes zonas de uso”.
Sobre la posible instalación de una alambrada, solución que sugerían los denunciantes para evitar la caída de más animales, la Administración andaluza es tajante. “Resulta inviable por dos razones: la primera, porque esta red de infraestructura requiere la realización de tareas permanentes de conservación y explotación, que precisan del empleo de maquinaria que se vería obstaculizada por la presencia del vallado: y en segundo lugar, la extensión de esta red hace inviable económicamente su ejecución”.
Sin embargo, Ecologistas en Acción es aún más tajante: “El problema es de la Administración, porque cuando se hace una obra pública como esta, hay que elaborar una declaración de impacto ambiental que conlleva unas medidas correctoras, y aquí no se han llevado a cabo estas medidas”, explica el portavoz de la organización, Juan Romero.
Por ello, a título personal y con Ecologistas en Acción si así lo decide también, presentará sendos escritos de denuncia ante las administraciones competentes: el Gobierno central (Confederación Hidrográfica del Guadiana) y el autonómico (Demarcación del Tinto, Odiel y Piedras), para que “se pongan de acuerdo y asuman sus responsabilidades”.
De no ser así, acudirá al Defensor del Pueblo Andaluz, y si fuera necesario, a la Fiscalía de Medio Ambiente, porque “hay que permeabilizar la circulación de las especies -por pasos subterráneos o elevados-, ya que la caída al canal significa su muerte”.