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Desde mi azotea

¡No me matarás!

Para la psiquiatría forense, los agresores asesinos suelen padecer trastornos de personalidad, especialmente en los tipos narcisista, antisocial y 'borderline'

Publicado: 04/07/2024 ·
19:06
· Actualizado: 04/07/2024 · 19:06
Autor

José Antonio Jiménez Rincón

Persona preocupada por la sociedad y sus problemas. Comprometido con la Ley y el orden

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¿Se han preguntado ustedes porqué hay personas que generalmente se comportan con educación y correctamente con los vecinos, amigos y compañeros de trabajo y, sin embargo, esta misma persona puede pasar a ser un asesino en cuestión de segundos de su mujer, hijos o familiares? ¿Cuál será el motivo para hacer esa reconversión en asesinos matando despiadadamente, con frialdad, premeditación y alevosía?.

Para la psiquiatría forense, los agresores asesinos suelen padecer trastornos de personalidad, especialmente en los tipos narcisista, antisocial y borderline. También presentan a menudo trastornos depresivos y consumo de alcohol y drogas, sin descartarse las siguientes conductas: 1.- Que para el agresor maltratador hay un mandato que cumplir para reivindicar el poder patriarcal y someter a las mujeres. 2.- Ellos sienten que están completamente justificados, que están ejerciendo un derecho y se sienten autorizados por una ideología de supremacía. 3.- Son una especie de vengadores de la sociedad y el asesinato lo relacionan por creerse el dueño patriarcal de la mujer. 4.- Los agresores sienten que ejercen un derecho, mantienen el orden de la familia y castigan la “delincuencia” de sus esposas, especialmente su incapacidad de mantenerse en su lugar. 

Es evidente, que en el iter criminis aparecen toda una serie de hechos relevantes que la gente desconoce. Ese dicho de que de puertas para adentro nadie sabe lo que pasa en una casa, es una realidad. Solo lo sabe el maltratador y los moradores de la vivienda. El agresor utiliza toda su influencia mental y física para anular a la víctima y que sea incapaz de denunciar para hacer frente a las agresiones y para que no se conozca fuera.

La única excepción a esta regla se suele producir cuando el maltrato lo sufren sus hijos. Ahí aparece la leona que defiende a sus cachorros, como reacción natural, para evitar las agresiones a sus vástagos. Sin embargo, si eso no ocurriera, el problema seguiría para ella. Y en estas situaciones de maltrato, las consultas a amigas no valdrá de nada, pues muchas les dirá que deje pasar el tiempo porque su marido es una buena persona y que sólo es una mala racha que pasará con el tiempo. 

Esos consejos de dejar pasar los días suelen ser muy peligrosos. Es un hecho constatable que los maltratadores, fuera de su casa, suelen ser excelentes, adorables, amables, educados con la gente y nunca a nadie se le ocurriría decir que se trata de una mala persona. Y cuando sucede el asesinato, muchos se preguntan sorprendidos cómo ha podido ocurrir esta desgracia en un matrimonio modélico.

Sin embargo, el maltrato se escucha a través de las paredes medianeras o por patios, escaleras, ventanas o por los llantos y gritos de los maltratados; también por los golpes en paredes, puertas o rotura de muebles, insultos, etc. Suelen decir los vecinos que no denuncian por miedo, porque serán testigos y los llamarán del juzgado para declarar. Otros se hacen el sordo y nunca escuchan nada. ¡Que se denuncien ellos, para que me voy a meter yo en líos!. Si supieran algunas personas que con una sola llamada a la policía o guardia civil podían haber evitado esa muerte, no habrían callado. De hecho muchas estarán por dentro preguntándose porque no llamó aquella tarde, aquella noche después de los gritos de socorro y del silencio sepulcral que siguió a esa situación. Y luego tuvieron la desfachatez de ir al funeral y simular que no sabían nada.

Hagamos algunas reflexiones finales. Una, que cualquier persona que sufra agresión verbal, física, emocional o psicológica no debe soportarla en la creencia que solo es un mal momento de su agresor y que él cambiará. Un agresor que te pega y te insulta todos los días; no cambiará nunca. Y ahí está su fuerza, en el miedo de la víctima. Dos, que este tipo de sujetos NO TE QUIERE. Eso de que “quien bien te quiere te hará llorar” es un dicho machista de enormes proporciones que ha hecho mucho daño durante años a muchas víctimas. Tres, no permitan NUNCA, léanlo bien, NUNCA, que nadie os falte al respeto, que nadie os humille y que nadie os agreda. Acudir a la Policía lo antes posible y, desde el primer momento, denunciar a poder ser con abogado para que se requiera del juzgado medidas de protección. Y cuatro, tened en cuenta siempre un consejo: NO DECIR NUNCA A NADIE LO QUE VAIS A HACER. Ni a familiares, ni amigas de toda la vida. En todo caso, poneros en contacto lo más secreto posible con asociaciones especializadas en maltrato donde te asesorarán e incluso, si no tienes medios, te pondrán abogado de oficio especializado en esos temas (teléfono de ayuda 016). Antes de dar el paso, arregla los asuntos de bancos y las cuentas corrientes sin dejar pistas. Saca copia de todos los documentos importantes como escrituras, seguros, etc. Te vendrá bien después.

Hacerlo por vuestros hijos a los que tenéis que proteger, alejándolos del peligro lo más pronto posible. No perdonéis nunca al agresor, NUNCA; porque volverá a por ti tarde o temprano. Y si ve que no puede hacerte nada, lo intentará con tus hijos para hacerte el daño más grande que se le puede hacer a una madre. Ojo con el colegio donde estén estudiando. Deja dicho por escrito que no los dejen salir hasta que vaya la persona designada (madre, abuela, tíos, etc.). Y que NUNCA BAJO NINGÚN CONCEPTO se los entreguen a su padre. Y si aparece por el colegio, que llamen a la Policía. Sus vidas están en juego. 

Este es un artículo para aconsejarles a muchas mujeres que deben hacer cuando estén sufriendo humillaciones y agresiones de su pareja para que abran los ojos. Porque su agresor es un animal que estará siempre a la espera -pacientemente- a tener su oportunidad. Lo demás les da igual. Solo querrá matarla y no cejará hasta conseguirlo. A ella o a sus hijos. No se lo pongamos fácil. Espero que este artículo ayude a mucha gente maltratada. Y DENUNCIAR POR FAVOR. NO PERMITÁIS QUE OS MATEN.. 

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