"Todavía no se ha llegado al pico de la epidemia", dijo hoy en Ginebra Claire Chaignat, directora del programa especial de cólera de la OMS.
A pesar de la permanencia del brote de cólera, la tasa de mortalidad, estipulada en un 10 por ciento hace ocho días, cuando se registraron los primeros casos, se ha reducido a un 7,7 por ciento, según datos de la OMS.
"Todos los dispositivos están en funcionamiento para frenar el peor escenario, que sería una propagación del cólera en los campos de desplazados (donde viven cerca de 1,3 millones de personas) y en la capital, Puerto Príncipe (que sólo ha registrado cinco casos)", matizó Chaignat.
Acerca del origen de la epidemia, Chaigant suscribió la postura expuesta ayer en Ginebra por la portavoz de la OMS, Fadela Chaib, de que "todavía es pronto para conocer sus causas exactas".
La experta hizo hincapié en que es necesario trabajar en tres campos de actuación para frenar su expansión: tratamiento a los afectados, prevención en las áreas y población no afectadas, y adecuación de las zonas más insalubres.
"El cólera es un indicador de pobreza, puede estar latente durante años sin llegar a emerger", añadió Chaignat, y destacó que "éste es el primer brote de la enfermedad del que se tiene constancia en Haití", en contraste con las informaciones previas que indicaban que se trataba del primero en surgir después de cien años.
Aunque el cólera -una infección diarreica provocada por la ingestión o exposición a alimentos o agua contaminados- no es endémico en el país caribeño, sí podría llegar a convertirse con el paso de los años después de este brote "único", según la OMS.
La epidemia se centra en el departamento de Artibonite (norte), que registra el 96 por ciento de los casos, aunque también ha tenido cierta incidencia en Mirebalais (este) y en la capital, Puerto Príncipe, donde se han confirmado cinco afectados.
Las regiones donde han ocurrido las muertes no fueron afectadas por el devastador terremoto del pasado 12 de enero, aunque en Mirebalais se encuentran centenares de desplazados a causa del seísmo, y la mayoría de los contagiados son personas que viven en áreas rurales, donde prevalece la cosecha de arroz.
Acerca de la situación de las fronteras con República Dominicana, donde no se ha registrado ningún caso, Chaignat consideró que "cerrarlas no tendría ningún sentido", pero recomendó a las autoridades del país colindante disponer medidas de prevención.