"La posición de la Iglesia católica sobre la pena de muerte es conocida. Por ello deseamos que la sentencia contra Tarek Aziz no sea ejecutada, con el objetivo de favorecer la reconciliación y la reconstrucción de la paz y de la justicia en Irak tras los grandes sufrimientos padecidos", afirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Lombardi agregó que sobre una posible intervención humanitaria de la Santa Sede, ésta "suele hacerlo no de manera pública, sino a través de las vías diplomáticas a su disposición".
Tarek Aziz, de 74 años, cristiano caldeo (la Iglesia Caldea es de de rito oriental, pero en comunión con Roma) fue condenado hoy a morir en la horca, en el tercer juicio que se le sigue por delitos vinculados con su gestión.
La condena fue emitida por un tribunal supremo penal creado para enjuiciar a los representantes del régimen de Sadam Husein, aunque no es firme porque puede ser recurrida ante una corte de apelaciones, dentro de un plazo de treinta días.