El guardia civil implicado en el accidente en el que fallecieron tres personas en junio de 2017 en la carretera A-7 a la altura de Torremolinos, fue juzgado el lunes por un siniestro anterior, en 2014, y negó que huyese del mismo para evadir el control de alcoholemia.
El agente aseguró que ni había bebido ni había consumido ningún tipo de drogas y que el accidente se produjo debido a una distracción suya, “me salí de la vía”, pero insistió en que “jamás fue requerido para hacerse la prueba de alcoholemia”.
“Fui atendido por una ambulancia y antes de marcharme dije que me iba a un centro de salud”, mantuvo el guardia civil, aunque los agentes que declararon en el juicio mantuvieron que por supuesto se le dijo y que además como sargento sabe que es obligatorio hacerse la prueba.
Asimismo, tres personas que se vieron involucradas en el accidente aseguraron que el acusado invadió el carril contrario y que cuando le socorrieron quiso que no llamaran a la policía.
Además, relataron que mientras ellos se sometían al control de alcoholemia, el acusado llamó por teléfono y al rato vino alguien en un vehículo y se lo llevó sin avisar a los agentes de que se ausentaba. Debido a ello, la Guardia Civil montó un dispositivo de búsqueda y horas más tarde fue localizado. El juicio, celebrado el lunes en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga, se ha suspendido con validez de lo actuado hasta el próximo 29 de octubre a las 10.00 horas.
El accidente por el que está siendo juzgado se produjo el 26 de mayo de 2014, sobre las 22.00 horas, cuando el acusado conducía por la carretera A-4053, a la altura del kilómetro 10,200 dentro del término municipal de Mijas.
El guardia civil, que está en prisión provisional, está acusado de dos delitos contra la seguridad vial y se enfrenta a un año y medio de prisión, indemnización para los perjudicados y retirada del carné de conducir durante ocho años; la acusación particular eleva la petición de pena a cuatro años y medio por conducción temeraria. Según el atestado de la guardia civil, el acusado presentaba rostro pálido, ojos brillantes, mucho olor a alcohol y deambulación inestable.
En el accidente ocurrido en junio 2017, dio positivo en alcohol y drogas y también salió huyendo del lugar.
Este agente ya fue condenado en un tercer procedimiento por injurias, amenazas y maltrato de obra en 2015, por el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Coín, tras tener un incidente con un vecino de Tolox.