Liberan en Blanes a 4 mujeres obligadas a prostituirse y detienen a 5 personas

La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal que explotaba sexualmente a mujeres en pisos de Blanes (Girona) y ha liberado a cuatro mujeres y detenido a cinco personas, entre las que se encuentran las dos principales cabecillas, que han ingresado en prisión provisional.

En la operación policial se han realizado cinco registros en domicilios y locales del municipio gerundense, ha informado este miércoles la Policía.

Las víctimas del entramado eran mujeres jóvenes en situación de necesidad, principalmente de origen colombiano, que eran captadas con la promesa de una vida mejor en España y que finalmente terminaban ejerciendo la prostitución.

Los beneficios obtenidos por los explotadores, incluidos los de la venta de cocaína, eran blanqueados a través de un bar y una tienda de alimentación.

La investigación policial que ha conseguido liberar a las mujeres y desmantelar la organización comenzó en mayo del año pasado, cuando los agentes supieron de la existencia en Blanes de un entramado que se dedicaba a captar, principalmente en Colombia, a mujeres jóvenes con necesidad económica con el objeto de prostituirlas en pisos.

Las víctimas eran captadas en el país latinoamericano por el exmarido de una de las cabecillas de la red, que además se encargaba de aleccionar y facilitar el viaje a España de esas mujeres.

Para ello suministraban a las víctimas la documentación y el dinero necesario con el que simular un viaje turístico y no levantar así sospechas ante las autoridades aeroportuarias.

Una vez en España, las mujeres eran trasladadas a los pisos donde realizarían los servicios sexuales necesarios para saldar la deuda contraída con la organización.

Esos servicios eran publicados en diferentes webs en las que aparecían teléfonos de contacto que eran atendidos por las propias explotadas.

Los pisos estaban gestionados por mujeres, denominadas "mamis", que se encargaban del buen funcionamiento de los mismos, a través de la recepción de clientes y la contabilidad y control de los servicios sexuales realizados por las víctimas.

Además, los cabecillas controlaban desde sus dispositivos móviles las cámaras de vigilancia instaladas en los pisos, hecho que les posibilitaba tener un seguimiento constante del número de servicios realizados por cada una de las mujeres y un control absoluto sobre su libertad ambulatoria.

Las investigaciones también han permitido constatar que el entramado criminal no solo se lucraba del ejercicio de la prostitución de las víctimas, sino que también obtenían importantes beneficios suministrando cocaína a los clientes que lo demandaban.

Para blanquear esas ganancias, la organización utilizaba un bar y una tienda de alimentación, ambos negocios lícitos regentados en Blanes por una de las responsables de la trama.

En los cincos registros realizados en el operativo policial se han intervenido 3.000 euros en metálico, 21 dosis de cocaína y útiles para su comercialización, tres relojes de lujo, diversos dispositivos informáticos y abundante documentación relevante para la investigación.

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual.