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Sevilla

Ordenan investigar a otra persona por el crimen de la gasolinera

Se trata del dueño de la nave donde la víctima recibió los disparos que posteriormente acabaron con su vida

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha ordenado investigar por un presunto delito de homicidio o asesinato a una segunda persona en relación al crimen del hombre que fue hallado muerto el día 27 de noviembre de 2015 en una gasolinera del polígono Calonge, hechos por los que permanece en prisión un exmilitar cubano identificado como Alberto H.B..

En un auto fechado el 18 de octubre, al que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial estima así el recurso interpuesto por la familia de la víctima y ordena al Juzgado de Carmona que instruye la causa que investigue a José María Y.T. por los presuntos delitos de homicidio o asesinato y de tenencia ilícita de armas.

El tribunal ordena que se investigue por homicidio o asesinato a José María Y.T., propietario de la nave ubicada en Carmona donde la víctima recibió los disparos que posteriormente acabaron con su vida, en base a la declaración del principal sospechoso y a los datos indiciarios existentes en la causa, "donde ciertamente existen manifestaciones contradictorias y, en algunos aspectos, desmentidas al citado investigado".

Así, asevera que José María Y.T., para el que trabajaba el principal encausado, "sólo habla de un disparo y no de dos, como realmente fueron los realizados" por el exmilitar cubano, a lo que se suma que en su declaración "no aclara el incidente habido" con la víctima y sus tres acompañantes, "uno de los cuales se situó a la espalda con un hierro en la mano".

Además, los testigos "dicen que la discusión fue acalorada, lo que no parece corresponderse con la situación de tranquilidad descrita por él", mientras que "las contradicciones y desmentidos apreciados" en las declaraciones de dos personas imputadas inicialmente por encubrimiento pero cuya causa se ha archivado "permiten dudar de la veracidad de sus manifestaciones sobre lo ocurrido en la nave" donde se producen los hechos, ubicada en la urbanización 'Mataluna'.

La Audiencia asevera que, como recuerda la Policía, "no puede decantarse por ninguna de las versiones de las partes", por lo que estima "justificada" la solicitud realizada por la acusación a fin de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Carmona que instruye la causa investigue al dueño de la nave.

TENENCIA ILÍCITA DE ARMAS

Asimismo, ordena investigar a José María Y.T. por un delito de tenencia ilícita de armas, ya que la escopeta con la que el exmilitar cubano "disparó y causó" la muerte de la víctima "procedía de un robo y su posesión precisaba de licencia y guía de pertenencia".

La Audiencia dice que el exmilitar cubano es autor de este delito pero añade que "también existen indicios de su comisión por parte de José María Y.T., titular de la nave y empresario que tenía contratado al anterior, a quien éste le atribuye ser la persona que le entregó" la escopeta y que dijo que ésta le pertenecía "al igual que otras armas existentes en la nave de su propiedad".

En su declaración judicial, José María ratificó su declaración policial, según la cual el día de los hechos se encontraba en la nave y que, sobre las 15,30 horas, llegaron a la misma la víctima y otras tres personas, una de las cuales sostenía en sus manos una barra de hierro, aunque "no hizo intento alguno de agredirle", no obstante lo cual le preguntó que qué hacía con la barra, contestándole uno de estos individuos "pues mira ese con la escopeta", refiriéndose a "un trabajador suyo", como es el exmilitar cubano encarcelado.

DEUDA CON LA VÍCTIMA

El investigado manifestó que, en un momento dado, la víctima se dirigió hacia su trabajador a fin de "arrebatarle el arma", ya que decía "este no dispara, este no dispara", de manera que en el momento de "asirle el cañón" a la escopeta, "sonó un disparo", cayendo la víctima al suelo.

Tras precisar que "sólo le disparó en una ocasión" --el autor confeso admitió ante el juez que efectuó dos disparos--, José María señaló que, a continuación, metieron al fallecido en el coche en el que habían llegado a la nave, tras lo que él se montó en su propio vehículo y se marchó de allí.

Este encausado, que admitió tener una deuda de más de 1.000 euros con el fallecido, negó en su declaración haber ordenado al autor confeso del crimen que matara a la víctima y también que la escopeta fuera de su propiedad.

EL PRINCIPAL SOSPECHOSO CONFIESA EL CRIMEN

De su lado, Alberto H.B. confesó en su declaración ante el juez que mató a la víctima de dos disparos y que, además, "no se arrepiente" de haber acabado con la vida "de un traficante de drogas que tiene negocios ilícitos".

En su comparecencia ante el juez, el encausado relató que el día de los hechos se encontraba trabajando en la finca cuando, de pronto, escuchó al propietario de la finca llamándole y gritando "Alberto, mátalo, Alberto, mátalo".

De este modo, el detenido salió de la casa y vio al dueño de la finca en el suelo, a la víctima apuntándole con una pistola y a otra persona con una barra de hierro en las manos, señalando que en total eran tres hombres y que los hechos ocurrieron "por un ajuste de cuentas" vinculado posiblemente "con el tráfico de drogas".

El exmilitar cubano explicó al juez que "siempre" guarda una escopeta de cartuchos de cañones superpuestos del calibre 12 --para la que no tiene licencia-- en la cama a fin de proteger al dueño de la finca, que fue quien le dio tanto el rifle como la munición y quien "le ordenó" disparar.

"REMATÓ" A LA VÍCTIMA

En este sentido, el encausado relató que disparó hasta en dos ocasiones y a una distancia de cinco metros contra la víctima, precisando que el segundo de los disparos lo realizó cuando la misma estaba en el suelo y con el fin de "rematarlo".

El exmilitar cubano explicó que, tras cometer el crimen, introdujeron entre todos el cuerpo en el coche que estaba en la puerta de la nave, pero la víctima falleció instantes antes de llegar al hospital, lo que obligó a sus acompañantes a detener el vehículo en una gasolinera ubicada en una de las entradas de la ciudad de Sevilla donde fueron descubiertos por la Policía.

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