La propuesta del alcalde de Sevilla de regular la representación municipal en los actos religiosos ha provocado el primer rifirrafe político entre PSOE y PP, derivado de si Juan Ignacio Zoido aceptó o no la limitación a 13 concejales que le propuso Juan Espadas de manera informal, obviando el debate de fondo de si hay que regular o no ese aspecto en un estado laico y aconfesional. En este sentido, Daniel González Rojas, de IU, ya advertía que la propuesta sólo buscaba “ahorrarse las peleítas” de quién lleva más concejales a estos actos.
Espadas volvía a defender ayer su propuesta de “ajustar y ordenar” la representación municipal en actos religiosos, reduciendo el número de ediles a 13 (alcalde, dos tenientes de alcalde y dos por grupo), para que ni esté “sobredimensionada” ni se acapare el “protagonismo”, e iba más allá asegurando que el arzobispo, Juan José Asenjo, está “plenamente de acuerdo”.
Sí que decía sentirse sorprendido ante la negativa del exalcalde y portavoz municipal del PP, ya que le trasladó hace días la idea y “no puso ningún problema”, afirmando que “en su fuero interno, los representantes del PP están de acuerdo”, tanto por la supuesta imposición a asistir como por el hecho de que con 20 concejales, la representación institucional ha estado “sobredimensionada”.
Pero Zoido negaba que diese su “aprobación” a la propuesta que se le hizo en un acto en el Alcázar, sin datos de esa limitación, que debía haber sido remitida a Gregorio Serrano.
“Espadas está empeñado en crear un problema donde nunca lo ha habido, porque tradicionalmente los miembros de la Corporación que lo han deseado han participado los que son invitados, y los que no lo han creído oportuno por coherencia, no han asistido. Nunca nadie ha dicho nada a favor ni en contra”, decía, añadiendo que “jamás” ha obligado a nadie a ir a esos actos.
Lo cierto es que el debate de fondo, la necesidad o no de regular la presencia municipal en actos religiosos, ha quedado desdibujado, a pesar de que estamos en un estado laico y aconfesional y esa presencia deriva de una “tradición” por la invitación de las autoridades religiosas.
En este sentido, Daniel González Rojas, portavoz de IU, ha vuelto a insistir en el error que supone esta regulación y ha apostado por imitar a Zaragoza, ciudad en la que ningún representante institucional acude a los actos religiosos, dejando libertad a los ediles para que acudan a título personal.
Para Rojas, esta regulación pretende “ahorrarse las peleítas entre PSOE y PP sobre quién lleva más concejales, así se zanja el debate y siempre se llevan los mismos”, cuando lo que debería es no haber representación institucional y menos, regularla.