El Cajasol empezó la segunda vuelta con un rotundo triunfo en su cancha frente al Gipuzkoa Basket, por 80-59, que cimentó desde la defensa y que le permite deshacer el empate a ocho victorias con su rival vasco en la pugna que ambos mantienen por meterse en puestos por el título.
El pívot visitante David Doblas fue el gran protagonista del arranque del encuentro, en el que anotó ocho puntos casi consecutivos que permitieron a los guipuzcoanos adquirir las primeras rentas en el electrónico ante un Cajasol errático en ataque al que sólo el acierto de Sastre mantenía en contacto.
El segundo triple del capitán cajista, mediado el segundo periodo, puso por delante por vez primera a los locales, que redoblaron sus esfuerzos defensivos para marcharse al descanso encajando sólo nueve puntos en los segundos diez minutos y con una mínima ventaja (31-29).
Al regreso del vestuario, los donostiarras continuaban estrellándose contra el muro de Aíto García Reneses, que recetaba continuos cambios de defensa para mantener al rival en anotaciones muy bajas e ir estirando una diferencia que pronto estuvo por encima de los diez puntos (41-31, min. 25).
Las irrupciones desde el banquillo del pívot letón Porzingis y del base suplente Franch fueron capitales para que el Cajasol mantuviese cierto pulso ofensivo durante este tercer periodo, en el que se gestó su victoria, pues antes de los diez minutos decisivos la ventaja sevillana era bastante cómoda (54-40).
Con la victoria prácticamente asegurada, el objetivo del Cajasol en el último periodo era mantener la diferencia lo más abultada posible para asegurarse el "coeficiente particular" en caso de empate a triunfos al final de la primera fase de la liga:
Una técnica a Olaizola por sus airadas protestas contribuyó a que los andaluces no pasasen apuros frente a un adversario muy limitado en ataque en el que sólo cabe salvar a Doblas, máximo anotador del partido con 23 puntos y "faro" de un equipo en el que cuatro de sus jugadores terminaron con valoración inferior a cero.