El pasado 13 de septiembre tuvo lugar la inauguración de la exposición Su & Lu On The Road (Serie Gráficos) de la fotógrafa asturiana Lucía Calleja. La muestra es el resultado de un viaje de la autora por la legendaria Ruta 66 que recorre casi de costa a costa los Estados Unidos de América.
Lucía reside en Sevilla desde hace nueve años y presenta esta muestra, que estará expuesta hasta el 14 de octubre, dentro de las actividades de Alamedeando en el Bar El Divino. El numero de fotografías expuestas es de 66, aunque Calleja asegura que es pura casualidad ya que no lo buscó.

¿En cuántas partes se divide ‘Su & Lu on the road’?
–Dada la extensión y variedad de los sitios visitados tengo varios proyectos en marcha: paisaje, arquitectura más una serie de motos y coches. Son los más destacables. He comenzado por la serie gráficos que reúne soportes de diversos tipos: carteles, letreros, rotulaciones, pintadas y todo lo relacionado con textos  e imagen.

¿Cuántas fotos tomó y cuántos kilómetros recorrió de la famosa ruta?
–En torno a 8.000 fotos en 7.900 kilómetros. La ruta en sí son 4.000 kilómetros pero visité lugares cercanos a la 66 como el Gran Cañón del Colorado, Las Vegas, Monument Valley, Four Corners y muchos lugares increíbles, diferentes. Además, una vez en Los Ángeles, el viaje continuó hasta San Francisco por la carretera de la costa. Hay que tener en cuenta que el inicio es en Chicago y que el trayecto discurrió por once estados.

¿Cuánto tiempo tuvo que estar en USA para realizar todas estas fotos?
–En total 28 días, que se hacen muy cortos por cierto, dado lo espectacular y emotivo del viaje. Desde que a los 20 años leí el libro de Kerouac En el camino (On the road) siempre deseé realizarlo. Los previos llevaron una fase de documentación larga y exhaustiva. Hay que planificar en detalle para optimizar los días disponibles.

¿El soporte de estuches de cintas de VHS lo ha usado sólo para la serie diseños o para toda la exposición?
–Me pareció acertado con el  planteamiento de esta exposición en concreto, que trata de aglutinar un número grande de fotos pero en un espacio pequeño y es, estéticamente, adecuado a las imágenes. Es difícil plantear un soporte para formatos tan pequeños, buscar la proximidad entre las imágenes y que todo tenga un sentido, que no molesten, que no interfieran. A pesar de que no se corresponden en el tiempo con las imágenes sí le dan una lectura, una visión de conjunto, un toque retro. Y aportan cierta sensación de volumen. Pero para otras series los soportes serán otros.

¿Expondrá en algún caso la exposición completa o se hará por series?
–En principio, por series.

¿Qué ha querido contar en esta obra?
–He querido mostrar lo que han visto mis ojos, a través de mi cámara, en un espacio concreto: la Ruta 66 en un día cualquiera, la cotidianidad. El resto de mensajes los elabora el propio espectador y yo ahí ya no tengo nada que ver. Por experiencia sé que hay tantos mensajes, tantas conclusiones, como observadores de las imágenes y eso finalmente es lo válido, y yo me convierto en cómplice, sin más.

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