La zarzuela 'Los gavilanes' llega al Maestranza de Sevilla el jueves y el sábado, bajo la dirección musical de Óliver Díaz y con Mario Gas al frente de la escena.
La obra, de Jacinto Guerrero y libreto de José Ramos Martín,
es "una de las piezas más grandes del género" y está "trufada" de números cómicos.
Con su representación en el espacio escénico del Paseo Colón,
se "salda una deuda" con una obra centenaria.
Así lo han destacado el director general del Maestranza, Javier Menéndez; como el director musical este lunes en el acto de presentación de esta pieza musical, con la producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, y que cuenta con el barítono Javier Franco y la soprano María Rodríguez en el reparto, representando a Juan y a Adriana.
'Los gavilanes' es una de las zarzuelas más reconocidas y afamadas en el género, hasta el punto que "cuando una temporada no empezaba bien, los responsables de una compañía siempre pensaban en este título para llenar la sala", tal como señala Mario Gas.
"Respetando lo bucólico, hacemos referencia al año de su estreno (1923). No obstante, me gustan que los textos respiren, quitando lo coyuntural de la época y adaptándolo al espectador del siglo XXI", explican.
En esa línea se ha manifestado el director del Teatro de la Maestranza, para quien con estas funciones se hace justicia con el también autor de 'La rosa del azafrán', representada en este escenario en 2003, al tiempo que ha destacado el "extraordinario trabajo" de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) y del coro de la Maestranza.
Ambos directores han subrayado la "gran facilidad que tenía el maestro Guerrero al piano para componer sin fin: sus zarzuelas aún se tararean".
En este sentido, "
es increíble la inspiración melódica y teatral de este autor".
La zarzuela, compuesta en tres actos, "fluye de manera natural" y n
o excede de la hora y 40 minutos, como ha asegurado Menéndez.
Al respecto,
la zarzuela narra la historia de Juan, Adriana, Gustavo y Rosaura en una aldea sin nombre de la Provenza francesa; todos ellos reviven las ilusiones que surgen cuando uno de sus miembros --el indiano-- regresa a su pueblo natal desde Perú "tras hacer allí fortuna" y lo hace "para quedarse para siempre". Juan ha pagado todas las deudas de la familia de Adriana para evitar la ruina total y obligar a Rosaura a casarse con él.
Gustavo le propone a esta última la huida "como única solución de su amor" e implora comprensión a la madre de su amada. Cuando los jóvenes se disponen a partir, llega Juan, que confiesa que ha comprendido que Rosaura "debe casarse con quien ama y no con él, haciéndose merecedor de la amistad y respeto de toda la aldea".
La obra es una producción del Teatro de la Zarzuela. Como destacan sus responsables, "las mentiras e hipocresías de la naturaleza humana se van mostrando en los diálogos y cantos de unos aldeanos que están al acecho del gavilán traidor".
El tenor Alejandro del Cerro encarna al personaje de Gustavo mientras que la soprano Sofía Esparza se mete en el papel de Rosaura. Ezio Frigerio se ocupa del diseño de escenografía y Franca Squarciapino es la responsable del vestuario. La obra se podrá ver en el Maestranza el jueves 9 y el sábado 11 de mayo.