Siempre son bienvenidos los planes de empleo, sean de la Administración que sean, sobre todo cuando las Administraciones encargadas de crear las condiciones para el empleo -que no empleo por sí mismas- son incapaces de hacer su trabajo.
Los planes que se han puesto en marcha en los últimos tiempos han aliviado la situación de varios cientos de personas durante unos meses y en muchos casos han servido para adecentar o arreglar equipamientos públicos de la ciudad, que es lo menos que deben dejar en bien público este tipo de iniciativas pagada con dinero de todos los contribuyentes.
El problema surge cuando a simple vista se comprueba de forma documental -y esta no es la única foto sobre distintas situaciones que se envían a este periódico- que no se organizan convenientemente las tareas.
Muchas veces se han denunciados casos en los que los operarios acogidos a esos planes de empleo no puede trabajar porque no tiene la ropa adecuada o no ha llegado el material necesrio, lo que ya de por sí es la consecuencia de una mala gestión denunciada por la propia oposición municipal.
Si a eso se une que para pintar una valle se destinan cinco personas hasta el punto de casi se estorban entre ellas, algo está fallando y no precisamente por parte de los trabajadores, sino de los organizadores de los trabajos.
El resultado es que lo bueno que pueden tener estos planes se devalúa hasta convertirlos en simples instrumentos para rebajar las listas del paro y que los políticos de turno saquen pecho cuando en realidad están dilapidando dinero público. Y engordando la red clintelar que los mantienen en el poder.
Todo ello sin contar con las quejas de muchos ciudadanos en las redes sociales donde denunciar lo que ven, un exceso de trabajadores para tareas que no precisan ni la mitad hasta el punto de que la mayoría sólo miran mientras algunos trabajan.
E incluso ellos mismos defienden más coordinación y mejor organización, por cuanto las críticas les afectan más que lo que debería afectarles a los verdaderos responsables municipales.
Una vez que salgan los datos del desempleo, el delegado Conrado Rodríguez se encargará de bendecir la gran aportación de estos planes a un empleo de tres meses y mal pagado.