Niña Pastori actuará este sábado, 16 de enero, en Madrid en el Circo
Price dentro del marco del
Inverfest y que servirá de plataforma a la cantante isleña para presentar su último trabajo
Ámame como soy, un álbum en el que se aproxima a los sonidos latinos con tres temas inéditos y algunas joyas prestadas, además de las colaboraciones de Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Pancho Céspedes y Sara Baras.
Ámame, a diferencia de aquel
Joyas prestadas con el que triunfó en 2006, en el que revisaba canciones de sobra conocidas en España, ahora vuelve la mirada a América para sumergirse en ritmos latinos y en composiciones no tan frecuentes, para mayor lucimiento de su siempre deslumbrante pureza vocal.
Por vez primera colaboran en un trabajo de Niña Pastori Ruben Blades, Juan Luis Guerra, Pancho Céspedes y Sara Baras. Y de estas colaboraciones fue surgiendo el repertorio. Además de
Hola Soledad y
El cantante (con Céspedes y Blades, respectivamente), el disco incluye
La música no se toca (de Alejandro Sanz);
La quiero a morir (de Francis Christian Cabrel);
Remolino (de Amaury Gutiérrez, con la participación de Sara Baras);
Si tú no bailas conmigo (de Juan Luis Guerra);
Te quiero te quiero (de Augusto Algueró/Rafael de León, popularizado por Nino Bravo);
Usted abusó (de Antonio Carlos Marques Pinto/Jocafi) y el
Ámame como soy de Pablo Milanés que da título al trabajo. Y cierra el círculo con tres temas compuestos con Julio Jiménez Chaboli:
Yo tengo una cosa,
Lo que yo daría y
Eres tan pequeña, dedicada a la hija de ambos.
Amamé como soy da título al álbum porque la canción le emociona, pero también porque la frase la define. A ella y a su nuevo trabajo: es flamenco, pero hay bolero, salsa y ritmos que pueden resultar exóticos para quien esté acostumbrado a lo más estándar de su carrera, pero que hay que disfrutar tal y como son. Esa inmersión en otros sonidos ya la experimentó en el álbum de 2014
Raíz, con Lila Downs y Soledad Pastorutti. Y la reinterpretación de temas ajenos la puso en la cifra de 130.000 copias vendidas de
Joyas prestadas, uno de sus mayores triunfos discográficos. De la aleación de esos dos metales surge este nuevo proyecto de una renovada Niña Pastori.
Con cada uno de los artistas con los que colabora en este
Amamé como soy ha surgido algo distinto. De Juan Luis Guerra ya había adoptado
Burbujas de amor, que fue el primer sencillo de Joyas prestadas. Tan admirado como Guerra para la gaditana es Pancho Céspedes, de quien toma una composición que no lleva su firma, sino la de Amaury Gutierrez, pero que fue el cantante cubano-mexicano quien la dio a conocer, y que enganchó a Niña Pastori por su letra antes que por su melodía. A Rubén Blades lo conoce desde largo tiempo. Y el caso de Sara Baras es muy especial, precisamente por la fuerte amistad que las une y que se plasma en la grabación en el tema
Remolino, en el que la bailarina mete los pies como si de un instrumento más se tratara.
Todo ello configura un trabajo en el que Niña Pastori demuestra su constante evolución con el flamenco, sin dejar nunca a un lado sus raíces. Y que llega en un momento de expansión artística, como lo demuestra el
Grammy Latino al Mejor Álbum de Folclore que obtuvo en 2014 con
Raíz, también nominado al Mejor Álbum Pop Latino en los
Grammy Americanos.
En cinco ocasiones ha sido nominada Niña Pastori a los Grammy Latinos, galardón que ya había recogido en 2009 y en 2011 en la categoría de Mejor Álbum Flamenco con
Esperando verte y
La orilla de mi pelo. Pero hay muchos más premios que jalonan la carrera de Niña Pastori, que a lo largo de su trayectoria ha reunido entre otros dos
Dial, otros tantos
Amigo y diversos discos de Oro y Platino en países como España, Colombia y Argentina.
Son triunfos que hablan de la dimensión artística de una cantaora de flamenco que ha sabido conjugar como nadie el purismo de su voz con las nuevas tendencias musicales. Desde que a los 8 años se subiera por primera vez a un escenario y con tan solo 12 ya se fijara en ella el gran Camarón de la Isla, Niña Pastori ha consolidado una carrera marcada por un sello personal e inconfundible, un sello que brilla con todo su encanto en este brillante.