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San Fernando

Fofi quiere protestar en Cádiz con varios caballos y coches antiguos

Viene manifestándose ante distintas instancias en Cádiz exigiendo que le enseñen el expediente completo que acabó con el embargo de su vivienda.

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Adolfo Bosch Lería, conocido popularmente como Fofi, está organizando una protesta en la capital de la provincia, previsiblemente para el 4 de enero, con el fin de llamar la atención sobre el caso que viene arrastrando desde hace 24 años y que incluso lo ha puesto al borde perder su vivienda particular.

Desde hace varias semanas viene manifestando a la puerta de los juzgados de San José de Cádiz y ante diversos organismos de la Junta que tienen relación con sus reivindicaciones, además de haber presentado denuncia contra medio centenar de presuntos implicados, “entre ellos jueces, magistrados, fiscales, autoridades de la Administración, delegados, secretarios y jefes, funcionarios y miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado”.

Eso es parte de lo que explica en el escrito que está distribuyendo en los lugares de protesta a la que vez que recuerda que sigue solicitando que le enseñen el expediente CA1/93BC, así como los incoados como consecuencia de las hojas de reclamaciones presentadas ante la Delegación Provincial de Cultura y el Museo Provincial. “Expediente que nunca me han mostrado completo”.

Fofi entiende que ese expediente s “indispensable para poder defenderme de los abusos que hasta ahora he sufrido continuamente y para demostrar las irregularidades cometidas”, siempre según el escrito.

La protesta del día 4 –a falta de confirmación- será una caravana de coches antiguos y varios caballos, para lo que afirma tener los permisos de la Subdelegación del Gobierno, Ayuntamiento de Cádiz y Delegación Territorial de Agricultura.

El 24 de septiembre de 1991, la Guardia Civil llamó a la puerta de la madre de Adolfo Bosch Lería, un conocido buzo isleño que coleccionaba piezas arqueológicas. Unas sacadas por él mismo del fondo del mar; otras compradas a otros coleccionistas.

Registrada la vivienda que constaba en la orden judicial sin encontrar nada, ordenaron a un hermano de Adolfo Bosch abrir un almacén aledaño, para el que no había orden judicial de registro, según afirma Adolfo, donde encontraron las piezas de su colección. Una colección de la que todo el mundo sabía por su contacto con arqueólogos y museos e incluso por su ofrecimiento de crear un museo con ellas a cambio de un puesto de trabajo. Sólo eso por un tesoro.

Ahí comenzó la odisea de Adolfo Bosch Lería, en un tira y afloja con la Delegación Provincial de Cultura, de juicio en juicio, con las piezas en su poder en calidad de depositario y luego sin las piezas, que la Guardia Civil tuvo que sacar después por encima del muro porque se negó a abrir la puerta sin orden judicial, para llevarlas a Cádiz y algunas de ellas al Museo Naval de San Fernando, ese que ahora se está trasladando al edificio de la Capitanía.

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