Cumple su tercer Año Nuevo al frente de la Alcaldía de San Fernando y tiene por delante una ingente tarea para poner la ciudad en el disparadero. José Loaiza analiza lo ha hecho su gobierno y lo que le queda por hacer.
—Balance, alcalde. Me da igual que de este año o de los dos años que lleva de mandato.
—Creo que hemos hecho un trabajo muy serio y en unas situaciones muy difíciles. La crisis, como a todas las administraciones y a todas las familias, le ha tocado al Ayuntamiento de San Fernando y además nos hemos encontrado con veinte millones de deudas que no estaban contabilizadas y tuvimos que ir a un plan de ajuste. Eso ha hecho que no tengamos veinte millones para invertir y que además tengamos que estar pagando un préstamo de veinte millones para pagar a los proveedores, que el Gobierno ha adelantado el dinero pero que ahora hay que pagárselos a los bancos. Pero creo que ha dado resultados y se va a ver en los próximos Presupuestos. Tenemos capacidad para endeudarnos y esa capacidad nos permite meternos en un préstamo de trece millones de euros para poder hacer algo que creo que todos los isleños quieren, como ver que empiezan las obras del Ayuntamiento, que es un orgullo para todos y es triste verlo como está, y para hacer inversiones en infraestructuras. Durante estos años no hemos abandonado la calle, lo que es el mantenimiento, pero ahora hay que hacer un esfuerzo mayor. Vamos a meternos en el Museo Camarón, que tiene que ser el
Guggenheim de San Fernando porque Camarón sólo hay uno…
—Salvando las distancias, claro.
—Salvando las distancias de Bilbao a San Fernando. Es verdad que el Guggenheim tiene su parte de público y nosotros vamos a tener el nuestro, pero es algo que es único, que es lo importante, que sólo es para San Fernando. Estamos muy cercanos a llegar a un acuerdo con la familia y quiero agradecer el trabajo que se está haciendo por parte del delegado de Presidencia, Daniel Nieto, y por parte de Enrique Montiel, a quien se le nombró comisario para el tema de Camarón. También hay que agradecer la postura de la familia en este sentido porque son muchos temas legales los que estamos tocando, pero si podemos solucionar eso en 2014 ya podemos iniciar las obras del Museo y sabiendo que va a tener contenido, el contenido de lo que es el patrimonio de Camarón, lo que tenía Camarón. Eso va a ser un revulsivo económico para el Ayuntamiento porque va a ser un revulsivo turístico.
—Yendo por partes, alcalde. Arreglar las cuentas municipales pidiendo veinte millones de crédito, eso también lo hago yo.
—No. Veinte millones es lo que tuvimos que pedir para pagarlo y ajustar todo. Ahora tenemos menos del 75 por ciento de endeudamiento que ya nos permite endeudarnos, pero esto es como una familia que sabe que pide una hipoteca y que puede pagarla. No es endeudarnos sabiendo que no lo vamos a poder pagar. De hecho, vamos a pedir trece millones que ya están en los Presupuestos y ni siquiera vamos a pedir carencia que es lo que hacían muchos alcalde antes, yo pido un préstamo con una carencia de cuatro años y a los cuatro años que lo pague otro. Vamos a pedir un préstamo como hacen todas las familias, pido un préstamo y empiezo a pagar. Porque puedo pagar. El isleño tiene que tener claro que no vamos a malgastar su dinero pero ahora nos hace falta liquidez para poder licitar el Ayuntamiento. Tenemos que tener esos ocho millones y como no me fío de la Junta que tendría que poner cuatro millones, pido los trece.
—En el caso de que la Junta ponga los cuatro millones…
—Los podemos utilizar para más cosas, siempre para más inversiones porque nos quedan muchas cosas pendientes. Nos hacen falta algunos equipamientos. Equipamientos deportivos, piscinas, que demanda la ciudad. Nos hace falta desarrollar Punta Cantera que en la próxima legislatura lo vamos a desarrollar y hay que poner las bases; nos hace falta repasar Fadricas II… Ese dinero podría ir también a más aularios, que nos hacen falta en muchas zonas de la ciudad. Hay muchísimas cosas que se pueden hacer con esos millones pero yo creo que la prioridad de San Fernando en estos momentos es un atractivo económico que tire, que es el Museo Camarón y arreglar el Ayuntamiento que entiendo que es una situación que los isleños no podemos entender.
—No creo que con el Museo Camarón, que tiene un público muy determinado, sea suficiente. La ciudad necesita muchas más cosas.
—El Museo Camarón va a tener muchísimo público. Pero la ciudad necesita muchísimas cosas, por ejemplo, la apertura de la calle Real de una vez por todas; necesita ese Museo de la Armada que va a venir a Capitanía; el castillo de San Romualdo que se ha licitado para terminarlo y que será también un centro de llamamiento económico… Nosotros tenemos que tener claro una cosa y es que la ciudad necesita agarrarse a algo que no ha fallado en tiempos de crisis y que va a seguir creciendo, que es el turismo. Nosotros tenemos la playa para el turismo, con sus defectos y virtudes y con las muchas alegrías que nos puede dar, pero tenemos que dar otra cosa. Necesitamos plazas hoteleras, pero para dar plazas hoteleras necesitamos llenar los hoteles y para llenar los hoteles tenemos que tener esos equipamientos culturales y turísticos. Necesitamos que los pocos recursos industriales que tenemos, como son los polígonos industriales, empiecen a funcionar y voy a decir una cosa. Naval Janer, hasta hace un año y algo era una quimera y hoy es una realidad. Si la Junta nos lo permite va a ser mucha más realidad en el 2014 porque va a haber grúas y trabajo porque del sondeo que se ha hecho sobre las parcelas que se pueden ir moviendo, ya está casi todo cogido, hay muchas empresas que se han dirigido a Zona Franca para decir que se quieren instalar. Y esas son las necesidades de San Fernando. Necesitamos dar potencia y lo decía en la entrevista del año pasado, a Fadricas II y ya tenemos capacidad para dar. En estas inversiones que metemos en el Presupuesto de 2014 va un dinero para llevar corriente a las parcelas que nos pidan de Fadricas II. Hasta ayer o hasta hace tres meses, eso no era posible porque no teníamos electricidad y cuando conseguimos la electricidad y la potencia no teníamos dinero para llevarla. Ya tenemos las dos cosas y eso hace que la ciudad, que ha estado dos años apretándose el cinturón, Ayuntamiento y ciudadanos, empiecen a ver los frutos.
—¿No le da vértigo ver que todos esos grandes proyectos que tienen que mover el desarrollo de San Fernando ha estado parados, siguen parados e incluso en algunos casos están amenazados por el Decreto de Protección del Litoral, caso de los Polvorines de Fadricas?
—Claro que me da vértigo. Vértigo y miedo. Miedo a que me lo paren. El PSOE no le está ayudando a esta ciudad. Todos los informes que nos están llegando de Janer son favorables pero la Junta de Andalucía pone peros, pide más papeles y eso es retrasarlo cuando como he comentado antes, ya hay empresas que se quieren instalar allí. Si en enero o febrero la Junta empezara a decir sí a todo, dentro de la legalidad, podríamos tener ya gente trabajando allí. Claro que me da vértigo. Por eso pido responsabilidad por parte de todos, que empujemos en la misma dirección. Los informes del Estado los tenemos todos y son favorables y sólo nos falta el de Cultura de la Junta. El de Comercio ha pedido un plan de movilidad para esa zona y se lo vamos a hacer, pero tenemos un plan de movilidad que lo estamos haciendo para toda la ciudad, y eso es una parcela. Pero se lo vamos a hacer; no vamos a discutir por eso.
—¿Me puede decir alguna de las firmas interesadas en venir?
—Usted me va a permitir que no lo diga, pero son firmas muy conocidas. La parcela no es nuestra, es de Zona Franca; el mercado es el mercado y yo no quisiera entrar porque no sé si puedo hacer daño o no. Pero lo que a mí me interesa es saber que hay gente interesada.
—Tenemos otro caldo de cultivo en San Fernando que no se está aprovechando, que es el aprovechamiento de las marismas y esteros. Sabemos que hay proyectos de aprovechamiento integral en los que el Ayuntamiento tenía mucho que ver y que estaban en marcha y se iban a presentar y no se han presentado. ¿Cómo va?
—Es un programa que se está trabajando desde la Diputación con la Escuela de Organización Industrial del ministerio y la pena ha sido que ha sido impugnado el concurso que ha habido para que una empresa y una consultora empezaran a realizar acciones reales en la zona, que era lo que yo pedía, acciones reales. Ha habido que repetirlo y está a punto de salir y es verdad que llevamos un retraso en ese sentido. Pero tenemos dos millones de euros en los Presupuestos (de Diputación) del próximo año para gastarlos en eso. También hay un proyecto de exportación de sal en grandes cantidades -que no tiene nada que ver con el Ayuntamiento- y las noticias que tengo es que ese proyecto va para adelante. De hecho, en enero tenemos acciones con empresas privadas que ya están trabajando con Diputación y con el Ayuntamiento para impulsar el proyecto.
—Es el proyecto de la Salina Tres Amigos del que informó este periódico.
—Sí señor. Sobre ese proyecto en particular, si todo va bien, vamos a tener noticias buenas en enero o febrero.
—Entramos en el plano doméstico. Hacer muchas cosas y no subir los impuestos no cuadra.
—Hemos rebajado todas las contrataciones del Ayuntamiento en una media del 30 por ciento. Las empresas vienen por menos dinero, se controla mucho más el gasto público que estamos haciendo, hemos reducido en gastos que no tenía que haber, no hemos contratado a nadie y se han jubilado gente, aunque es verdad que hay determinados servicios que están escasitos de personal porque la plantilla de este Ayuntamiento no era exagerada. Estamos escasos de técnicos de grupo A y no hemos contratado a nadie y todo este tipo de acciones están dando resultados poco a poco. Y hay otra cosa. El alcalde de una ciudad como San Fernando, que tiene cien mil habitantes, no tiene que estar paseando por la calle. Tiene que pasear por la calle, saludar a sus vecinos y ver las aceras, pero tiene que estar gestionando la ciudad, que para eso lo votan. Y tiene que ir a buscar dinero, a buscar obras… Eso es lo que yo tengo que hacer, irme a un ministerio para que me ayude; irme a la Junta para que me haga; irme a Defensa para que me dé el Hospital; ahora es irme a la Junta para que lo llene de servicios… Eso es lo que el alcalde tiene que hacer y es lo que está haciendo el alcalde con todo su equipo, gestionando la ciudad porque es mucho más importante gestionar que ser populista. A mí me gusta dar muchos abrazos y muchos besos, pero muchos días no tengo tiempo porque entre el teléfono, la Alcaldía, ir a hacer una visita, tener una reunión sectorial… se me va el tiempo. Y eso es lo que estamos haciendo. Cuando uno gestiona el tiempo y gestiona el dinero bien, o medio bien porque no somos perfectos, se le va notando la cosilla. Y eso es lo que notamos en este Ayuntamiento. Hemos hecho una unidad de contratación y todavía estamos con contratos que se nos escapan muchas veces, pero estamos controlando la ejecución de los contratos. Antes se iba mucho dinero después de haber hecho la obra. Hoy se nos va mucho menos.
—Pero se va.
—Muchísimo menos. Y por no decirle que casi nada. Siempre hay fallos, hay errores, alguna vez cuando se hace un proyecto se ve que se ha equivocado alguien… Pero antes era la normalidad. Ya no es la normalidad. Ahora empieza a ser una excepción y por eso lo controlamos. Hemos hecho una Unidad de Compra, una oficina que estudia la ejecución presupuestaria porque aquí, y lo digo así de claro, había el problema de que vamos a gastar, vamos a gastar y vamos a gastar y cuando llegaba final de año se guardaban las facturas que no entraban en el Presupuesto. Veinte millones aparecieron. Hoy, ni una factura.
—¿Seguro que no hay nada por los cajones?
—Aparecerá una, pero alguien va a tener que responder de esa una, porque hace quince días, el delegado de Hacienda dijo a todas las delegaciones que todas las facturas que hubiera las entregaran para regularizarlas o luego empezaríamos a tener problemas. Quien no haya hecho eso tendrá que dar explicaciones. Toda esa serie de cosas significa hacer más con menos.
—La limpieza pública. Llevamos tres entrevistas y usted no me puede decir que la ciudad está más limpia.
—La ciudad está un pelín más limpia.
—Cuando hay levante o poniente que lo arrincona todo en un sitio.
—Y cuando llueve se limpia. Cuando hay levante se nos ensucia porque da problemas. Es verdad que está un pelín más limpia porque estamos trabajando sobre temas muy puntuales. Va a cambiar la empresa de limpieza porque espero que licitemos muy pronto el servicio. El problema es que cuando uno quiere hacer una cosa tiene que tener una hoja de ruta y saber qué tiempo va a tardar. Yo tengo muy claro que desde que se anuncia que hay un pliego de limpieza hasta que sale, tarda un año. Porque lo he vivido en otra administración. No son pliegos fáciles, son muy complicados porque tenemos que ver cómo está la ciudad, qué problemas tiene la ciudad con lo que tenemos, qué vamos a sacar y qué problemas nos vamos a encontrar con lo que se cambie. Y además es un pliego para muchos años y es difícil rectificar, la prueba está en San Fernando. Yo espero que la sacaremos en meses, yo calculo que a mediados de año tendremos nueva empresa y en los seis meses siguientes haremos un plan de choque.
—Una nueva empresa pero puede ser la misma.
—Podrá ser la misma si hace lo que le hemos dicho, que tiene que firmar el finiquito en cuanto se lo digamos. Si no, emprenderemos acciones legales para rescatar el servicio y no podría concurrir.
—Hace pocos días se publicaba un informe del Tribunal de Cuentas que afirmaba que el servicio de limpieza puede ser un 71 por ciento más barato con una gestión municipal.
—Yo no pongo en duda lo que usted dice pero no estoy de acuerdo con eso y me tendrían que dar los números. Las empresas públicas se han demostrado, por mucho que se quiera decir, que no prestan mejor servicio y que no salen más baratas; al contrario. Mi partido tiene muy claro que todo tipo de servicio que se pueda prestar, con el control suficiente, por una empresa privada, es muchísimo más eficiente por una empresa privada que por una empresa pública. Eso lo tengo muy claro y también tengo muy claro que no voy a municipalizar la limpieza porque creo que perderíamos.
—Haciendo balance del Bicentenario del Título de Ciudad, ha habido muchos actos de realce pero ha sido muy poco popular.
—Se ha querido comparar el Bicentenario del Diez con el Bicentenario del Trece y nada tienen que ver. El Bicentenario del 2010-2012 es algo nacional y el Bicentenario de 2013 es de La Isla nada más. Nos hemos encontrado con una cosa y es que los bicentenarios del Diez y del Doce tenían unas proyecciones grandísimas y con un presupuesto grandísimo que luego se vino abajo, pero ya se contó con algo, con patrocinios al principio. Y es impensable que nosotros nos gastáramos un millón de euros en un concierto como se gastó en San Fernando la Comisión del Bicentenario. ¿Estaba San Fernando en condiciones de gastarse un millón de euros en un concierto? No. A mí no se me ocurre, ni lo hubiera hecho tal como están ahora los isleños. También dije que iba a ser un Bicentenario de muchos actos institucionales y han venido instituciones. Pero hemos hecho tres conciertos gratuitos en este año, alguno de diez mil personas; hemos hecho el concierto de Ainhoa Arteta sin que nos costara dinero. Eso es lo que hace el alcalde, buscar dinero para hacer cosas.
—Como se dice en Cádiz. ¡Ahí está el tío!
—Ahí está el tío. Esas gestiones son las que hace un equipo de gobierno. ¿Poco popular? No hemos hecho ninguna fiesta popular, es cierto. Pero lo hemos llevado a todos los colegios y hemos hecho, con gran éxito, tres tipos de proyectos con los centros. Y los vamos a continuar sin ser el Bicentenario. A partir de ahora vamos a meter la historia de San Fernando en esa época porque es nuestra historia. Eso ha sido un éxito y todo el mundo nos lo ha dicho, el personal educativo, y a los niños les ha encantado conocer la historia de San Fernando. Eso es popularizar el Bicentenario porque lo ha tocado quien realmente lo tiene que tocar. Es verdad que no hemos hecho un concurso de tortillas de camarones, ni un concurso de copla… Yo lo reconozco. ¿Se podría haber hecho? Nosotros entendíamos que el Bicentenario tenía que ser una serie de actos institucionales que nos saque fuera, que San Fernando se promocione fuera porque lo importante es que venga gente de fuera que nos promocione porque nosotros nos conocemos todos. Y eso sí lo hemos hecho con muchos actos. Además han participado todas las asociaciones y entidades de la ciudad que han querido.
—¿El pacto de gobierno durará cuatro años, tres, tres y medio…?
—No tengo problemas en llegar a final de legislatura con el pacto porque la necesidad de gobernabilidad de la ciudad obliga por necesidad a llegar con mayoría absoluta en los plenos hasta el final. Si el pacto se rompiera por algún motivo no va a ser por estrategia política sino por deslealtad del socio de gobierno o por algo que hiciera que iba contra la ciudad. Ese tipo de actos hacen daño a la política y a la ciudad.
—¿Sigue pudiendo compatibilizar el Ayuntamiento y la Diputación?
—Yo tengo una ventaja, que es mi familia. Mi familia me permite que le eche muchas horas tanto a Ayuntamiento como a la Diputación. La Diputación es una administración más descentralizada, que se lleva mucho por teléfono, que incluso la firma es electrónica, algo que vamos a hacer también en el Ayuntamiento y como es tan grande, los diputados de áreas tienen muchas más responsabilidades y la organización es totalmente diferente. La Diputación no tiene trato directo con el vecino, que lleva mucho tiempo, sino que se relaciona con otras administraciones. Quita el tiempo razonable para poder manejarla y ya me lo decía el anterior presidente que era alcalde también. Es una máquina muy engrasada y que funciona, mientras el Ayuntamiento necesita mucho más tiempo en reuniones internas y de coordinación porque este Ayuntamiento nos lo hemos encontrado un poquito descontrolado y descoordinado. Aquí había reinos de taifas y para quitar eso… La Reconquista duró ocho siglos. Yo le pediría a los isleños desde ahora que me den otros cuatro años más…
—Creía que iba a pedir ocho siglos.
—Yo los acepto pero no los voy a aguantar. Pero poco a poco vamos consiguiendo modernizar la administración, la ventanilla electrónica… y luego estamos empezando a coordinar.
—¿La gente es consciente del trabajo que dice usted que se está haciendo y lo que se puede hacer?
—Yo creo que no. La comunicación en una ciudad de cien mil habitantes no llega a todos, los medios de información no llegan a todos, las redes sociales tocan a un sector de la población… No eres capaz de llegar a todos y yo lo sé. Pero cogiendo un poco de cosa sí puedes hacer que los medios de comunicación al menos manden el mensaje directo, como estamos haciendo ahora; que en las redes sociales seamos capaces de interactuar con los isleños; que las televisiones locales que hoy influyen mucho… todo eso va haciendo que llegue. ¿Al cien por cien de los ciudadanos? No. No sé a qué tanto por ciento, pero es muy complicado hacerle llegar al ciudadano el trabajo que estamos haciendo. Y es más cuando hacemos algo mal porque nos hemos equivocado, es más fácil que llegue al ciudadano que si lo estamos haciendo bien. Sé que la labor oscura que estamos haciendo no se ve.
—-¿Está usted contento con la gente que lo rodea? No responda por compromiso.
—En un equipo, estar contento al cien por cien es imposible. Si diría que estoy contento con los concejales al cien por cien, estaría mintiendo. Si digo que estoy muy contento con los concejales, le diría que sí.
—Se lo pregunto porque había un alcalde que decía que sus amigos se los buscaba él y los enemigos se los daba el partido.
—Es usted un poquillo malo. Los amigos nos los buscamos nosotros. El partido… Pero también la lista es responsabilidad mía y el partido se habrá podido equivocar pero también me he equivocado yo. Yo no podré nunca quejarme de lo que un concejal haga por decir que me lo impuso el partido. Es responsabilidad del partido pero también de Pepe Loaiza.