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El Cautivo hubo de marchar hacia San Roque a causa de la lluvia

La Hermandad de la Veracruz se vio obligada a tomar la más difícil de las decisiones, aunque trasladó a Jesús Cautivo a su capilla para no entorpecer el paso en la O

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  • El Cautivo en plaza España. -

No fue fácil, pero sin duda fue la decisión adecuada. La Hermandad de la Veracruz decidía ayer no salir en estación de penitencia de acuerdo a las previsiones meteorológicas, que anunciaban lluvia para la hora de su salida, y así fue.

A pesar del viento y el agua que empezaba a caer a las puertas de la Iglesia de la O, fueron muchas las personas que quisieron acercarse hasta allí para acompañar a la Hermandad, que obligatoriamente había de trasladar a Jesús Cautivo hacia San Roque, para no obstaculizar la entrada en la O. Puntualmente, y tras la tradicional llamada, a las diez y media se abrían las puertas para dejar salir a la Cruz de Guía y a los hermanos y hermanas penitentes, que salían de forma rápida y sin portar las habituales cruces negras. El objetivo era llegar cuanto antes a San Roque para evitar daños a causa del agua tanto a la imagen de Jesús como al paso de estilo barroco en el que procesiona, del año 1974 y obra de Manuel Guzmán Bejarano. 

Sorprendió a todos ver la atípica imagen del Cautivo recubierta con una funda de plástico para preservarla lo mejor posible durante el trayecto a su sede canónica, y no fue una medida innecesaria puesto que nada más abrirse las puertas, comenzaba a llover con cierta intensidad y rachas de viento, obligando a los muchos observadores a cubrirse con paraguas mientras acompañaban a la Hermandad en este traslado.

La Veracruz tomó el camino hacia San Roque pasando por la plazoleta Padre Eugenio, hasta Barroso, plaza de España, plaza de Andalucía y calle Charco y Alcalde García Sánchez. En poco más de media hora completó su recorrido, aunque no se quedó el Cautivo sin escuchar alguna saeta en su apresurado camino a casa. Cientos de personas esperaban en San Roque y en absoluto silencio, como es propio de esta Hermandad, a Jesús, que sin lucimientos se dirigió a la capilla, donde inmediatamente cerraron las puertas. Una hora después, y una vez adecentado el paso y la imagen, se abrían las puertas de San Roque de nuevo para permitir la entrada a aquellos fieles que quisieron visitar a Jesús Cautivo, permaneciendo abiertas hasta la hora de prevista para su recogida, las dos de la mañana.

Una noche amarga para la Hermandad, que hubo de proceder de forma prudente para proteger su patrimonio y que tendrá que esperar ya al año que viene para poder sacar a su titular con la sobriedad y el recogimiento que les caracteriza.

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