Con gran impacto en las ferias de Londres y de Fráncfort del año 2007, Smith ha viajado ahora hasta Barcelona para presentar esta obra, publicada por Mondadori y en catalán por Amsterdam Llibres, en la que ofrece una reflexión sobre el animal, el hombre y la naturaleza.
En una entrevista con Efe, asegura que la trama del relato la fue desarrollando a partir de una idea que tenía en la cabeza, la de un lobo que recorre durante unos días unos bosques, en un extraño invierno “en el que los cuervos cazan zorros y los lobos no pueden morder”.
Aunque no le disgusta que la crítica haya tachado su texto de fábula, remarca: “mi primera intención no era esta, pero me vi esclavo de una idea, que desarrollé hasta el final, teniendo en cuenta que cuando se escribe existen el mundo de los ideales y el de la realidad”.
Narrado en primera persona, el lector irá conociendo lo que piensa y siente un lobo feroz, con el estómago vacío, aunque decide perdonar la vida a un zorro, en aras de conseguir un gran cisne blanco, sin que este hecho quiera ser una moraleja.
Lo que sí reconoce Smith es que el invierno “tenía que estar como telón de fondo, porque es una estación del año que ayuda a crear situaciones de dureza y dificultad”, aseguró el escritor británico.