Como cada año, y ante la llegada de julio y agosto, meses vacacionales por excelencia, las autoridades suelen dar a los ciudadanos una serie de recomendaciones y consejos prácticos para evitar los robos en el interior de las viviendas. Este tipo de informaciones suelen difundirse entre las asociaciones de vecinos y administradores de fincas con el fin de concienciar a los ciudadanos frente a estos delitos, ofreciéndoles una serie de pautas que les ayuden a mejorar la seguridad de sus domicilios, siendo vital para ello la colaboración ciudadana.
El primero de estos consejos es el que tiene que ver con la entrada de la casa, concretamente puertas, ventanas, persianas y timbre. Así, en el caso de las persianas, por ejemplo, se recomienda que no permanezcan bajadas por completo durante un periodo prolongado de tiempo, ya que ello facilitaría a los ladrones la elección de una vivienda vacía. Con respecto al timbre, es conveniente no desconectarlo, que emita una señal sonora en todo momento. De no haberla, y pulsar un timbre silencioso o hueco, una vivienda vacía adquiere además el matiz, real o no, de estar deshabitada. Si por el contrario se tiene contratado un servicio de alarma, el pago de la cuota a la empresa de seguridad que facilita el dispositivo de aviso prevé que la alarma sonará sí o sí cuando un desconocido logre entrar sin permiso en el domicilio, pero la tecnología no es eficaz al cien por cien. La supervisión humana es esencial, y aún más en este aspecto. Si su opción es mantener la seguridad clásica, y el cerrojo es su apuesta, compruebe que el mecanismo de apertura y cierre está en condiciones óptimas.
Por otra parte, también se aconseja elaborar una lista o catálogo de las pertenencias y el lugar en el que permanecen establecidas o guardadas en casa. Otro aspecto a tener en cuenta es el relativo a la relación de confianza que pudiera haber con los vecinos a la hora de comunicar una ausencia del domicilio. Es evidente que hay vecinos buenos y malos, pero en todo caso, únicamente se aconseja avisar a los vecinos y familiares cercanos, y cuantos más cercanos mejor. Del mismo modo, y en la línea anterior, es aconsejable facilitar una llave a una persona de confianza que se comprometa a visitar periódicamente la vivienda, que revise si todo está como lo dejaste al marchar de casa.
Esa persona, si se lo requiere, puede a su vez retirar la correspondencia almacenada en el buzón, en especial la relacionada con las facturas del consumo del hogar o los movimientos de las cuentas bancarias, todo ello con el fin de aparentar que la casa continúa estando habitada pese a que en esas fechas vacacionales nadie esté en ella.
Por último, otra cuestión a tener muy en cuenta es la que tiene que ver con la información que se facilita en las redes sociales. La playa, la ciudad o la montaña que hacen de paisaje para nuestras caras sonrientes fotografiadas son un gancho que facilita el trabajo a los ladrones, al alertar de que nuestra casa está sola y sin vigilancia, una bicoca para cualquier atracador.
Muy probablemente los seguidores en las redes sociales aplaudirán el destino, la felicidad fuera del trabajo, pero el riesgo es evidente, y nadie sabe quién puede ser el ladrón que esté atento a conocer de primera mano esa información.
Sobre este particular, también se aconseja alertar a la Policía si se observa gente extraña en el portal o merodeando en su calle. Ni que decir tiene que si se ve la puerta de un domicilio cercano con evidentes signos de haber sufrido un robo, se recomienda no entrar y llamar inmediatamente a la Policía. No tocar nada del interior evitará que puedan destruirse pruebas.
