El tablero de ajedrez nazarí es la nueva pieza del mes en la Alhambra, de manera que todos los sábados de febrero, a partir de las 12,00 horas, el historiador de arte y museólogo Alejandro Guillén Santoro explicará a los asistentes algunos detalles sobre este elemento, que pertenece a la colección permanente del Museo, instalada en la sala VI. El acceso para participar en este programa, organizado por el Patronato de la Alhambra y Generalife, es gratuito.
La introducción del juego de ajedrez se produjo a través de al-Andalus hacia el resto de la Península Ibérica y Europa. Se conoce desde el siglo IX, quizá traído al área hispanomusulmana por el erudito personaje iraquí, Ziryab. El juego se extendió de forma muy popular rápidamente, y fueron recopiladas todas sus características en los 'Los libros de ajedrez, dados y tablas' por el rey Alfonso X el Sabio.
Esta pieza es un símbolo más de cómo la cultura hispanomusulmana sirvió de puente entre oriente y occidente. Realizado en madera de nogal, presenta decoración de taracea en ambas caras. El tablero tiene un juego por cada cara. En una de ellas presenta un tablero de ajedrez y por la otra de tablas, informa el Patronato en una nota.
El lado del juego de ajedrez está decorado con un marco sobresaliente rematado con clavos, en el centro el damero para jugar, dejando a los lados dos espacios rectangulares con tres estrellas de ocho y entre ellas cuadrados en diagonal con decoración de ajedrezado también de taracea. En la otra cara, el juego de tablas, distribuye los casilleros en los lados mayores recortados en forma semicircular en el marco.
Se separan las dos mitades por una prolongación hacia el interior del marco en forma de palma. Esta cara, presenta una decoración similar a la anterior, a base de estrellas de ocho puntas con cuadrados ajedrezados en diagonal. Presenta tres estrellas a cada lado y en el centro un tema de lazo mayor.