En este artículo queremos repasar las consecuencias de la Revolución Francesa para destacar hasta qué punto se trata de un acontecimiento trascendental en la historia de la humanidad.
Los orígenes de la Revolución Francesa
Como no puede ser de otra forma, si lo que pretendemos es destacar la influencia de un acontecimiento determinado en la
historia de la humanidad, tenemos que comenzar indicando que
hablar de la Revolución Francesa es hacerlo del fin del Antiguo Régimen y del nacimiento de la contemporaneidad, de ilustración, de la
Enciclopedia y, en definitiva, de un evento que no sólo puso de manifiesto la capacidad de los hombres para labrar su futuro, sino que también supuso un punto de inflexión, a partir del que tuvieron lugar un buen número de transformaciones estructurales en el mundo occidental.
En efecto, la sociedad francesa de antes de 1789 estaba marcada por las desigualdades que se derivaban de un sistema estamental, en el que cada cual ocupaba un espacio que venía determinado por el nacimiento y donde había una enorme masa de desposeídos (el pueblo llano) que vivían sólo para satisfacer a la nobleza y el clero.
En este contexto, y desde hacía ya varios siglos, un sector del pueblo llano había ido ganando riqueza, aunque no los privilegios políticos de los que sólo gozaban los nobles y, desde luego, estimaba esta situación como injusta. Nos estamos refiriendo a la misma burguesía que, además de acumular capital,
había ido forjándose una visión del mundo que ha pasado a la historia con el nombre de Ilustración y, por decirlo de algún modo, desplazaba a Dios del papel central en el pensamiento para poner al hombre en su lugar, o que implicaba una ruptura con los modos de pensar anteriores y se empezaba a valorar a la humanidad como la única capaz de forjar su destino).
A todo ello habría que sumarle el hecho de que Francia se encontraba en un momento de crisis económica que, desde luego, fue fundamental para que los campesinos unieran sus fuerzas a los burgueses y terminasen derrocando a Luís XVI.
Las consecuencias de la Revolución Francesa
Aquel hecho, la derrocación de la monarquía francesa, supuso el inicio de un nuevo tiempo en la historia de la humanidad y toda una serie de
transformaciones que, aunque tuvieran su origen en el país galo, se fueron extendiendo hacia todo el mundo occidental:
- En primer lugar, cabe destacar que las antiguas cortes medievales se transformaron en parlamentos en los que se representaba a la nación y tenían facultad para elaborar leyes en base a la soberanía que les otorgaba el hecho de ser representaciones formales de la sociedad.
- En segundo término, cabe destacar también que el nacimiento dejó de determinar la posición que un individuo tenía en la sociedad, abriéndose paso a una movilidad social en la que el talento y el trabajo personal jugaban un papel mucho más importante que los títulos nobiliarios. De hecho, la Revolución Francesa liberó a los campesinos de los vínculos señoriales que hasta entonces habían tenido con la nobleza y el clero, lo que implicó el fin del estado de semiesclavitud en el que vivían.
- El fin de la monarquía absoluta supuso que el poder político fuera separado en el legislativo, el ejecutivo y el judicial, y que cada uno de ellos estuviera en manos de personas distintas, algo que implicaba independencia en su ejercicio y minimizaba las posibilidades de nepotismo u otros vicios políticos.
- Sentó las bases teóricas para la puesta en marcha de los sistemas liberales de todo el mundo.
- Proporcionó un ejemplo para que otros pueblos, como los latinoamericanos, se liberaran de los yugos que los oprimían.
Es decir, que la importancia de la Revolución Francesa está en que significó la puesta en marcha de un nuevo sistema de regir las relaciones humanas y en que adelantó unas formas de gobierno que, a día de hoy, rigen en la mayoría de las sociedades adelantadas: la democracia parlamentaria.