Actualmente el FBI desarrolla pesquisas sobre supuestos ciberataques de "hackers" chinos a organizaciones que llevan a cabo investigación sobre el coronavirus
Las autoridades de Estados Unidos acusaron este miércoles a piratas informáticos chinos de haber llevado a cabo ciberataques contra centros de investigación estadounidenses para robar información sobre las vacunas y los tratamientos que se están probando frente al COVID-19.
Así lo denunciaron el FBI y la Agencia gubernamental de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA, en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Nacional, en un comunicado, con el que pretenden "concienciar sobre la amenaza a la investigación relacionada con el COVID-19".
Actualmente el FBI desarrolla pesquisas sobre supuestos ciberataques de "hackers" chinos a organizaciones en EE.UU. que llevan a cabo investigación sobre el nuevo coronavirus.
"Se ha observado que estos actores (los piratas informáticos) están intentando identificar y obtener de forma ilícita propiedad intelectual valiosa y datos de salud pública relacionados con vacunas, tratamientos y tests de redes y personal afiliados a la investigación relacionada con COVID-19", indica la nota.
UN TRATAMIENTO SEGURO FRENTE AL COVID-19, EN PELIGRO
El FBI y CISA alertaron de que el robo de ese tipo de información pondría en riesgo la meta de alcanzar un tratamiento "seguro, efectivo y eficiente" para el COVID-19.
Por ese motivo, instaron a los centros de investigación que refuercen su ciberseguridad para evitar hurtos y solucionar cualquier brecha en sus sistemas informáticos; y aconsejaron rehuir de cualquier atención mediática para evitar "un mayor interés y ciberactividad" por parte de los piratas.
Las autoridades estadounidenses lanzaron estas acusaciones contra China sin aportar ninguna prueba que las sustenten.
Un funcionario consultado por la cadena de televisión CNN precisó que algunas de las instituciones y organizaciones de investigación presuntamente blancos de ciberataques chinos han sido hospitales, laboratorios y compañías farmacéuticas.
El "hackeo" ha afectado también al Departamento de Salud y Servicios Humanos, que supervisa los gubernamentales Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) y que ha experimentado un incremento de los intentos de ciberataques diarios, de acuerdo a esa fuente.
EL CORONAVIRUS ALIMENTA LOS CIBERATAQUES
En los últimos meses, los ciberataques han aumentado como consecuencia de la crisis del coronavirus.
El pasado 22 de abril el Departamento de Justicia de EE.UU. informó de que el FBI había recibido más de 3.600 quejas relacionadas con delitos informáticos relacionados con COVID-19, muchos de ellos perpetrados a través de páginas web que anunciaban vacunas y curas falsas.
Como consecuencia de la crisis sanitaria también ha aumentado la tensión entre Washington y Pekín, ya que el Gobierno estadounidense alimenta la hipótesis de la responsabilidad de China en la expansión de la pandemia por presuntamente "ocultar" información sobre la "gravedad" del coronavirus, al que el presidente Donald Trump se refiere como el "virus chino".
Además, desde la Casa Blanca se defiende la hipótesis, rechazada por gran parte de la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que atribuye el patógeno a un "origen animal", de que el coronavirus se generó en un laboratorio en la ciudad china de Wuhan, foco inicial de la pandemia.
UN AVISO QUE NO ES UN MERO AVISO
Según el diario The New York Times, que cita a funcionarios y exfuncionarios de la Administración estadounidense, la decisión de hacer públicas estas acusaciones de ciberataques forma parte de una estrategia amplia de disuasión, diseñada por el Cibercomando de EE.UU., que depende del Departamento de Defensa, y la Agencia de Seguridad Nacional.
Bajo la autoridad legal que les concedió Trump hace casi dos años, ambos organismos tienen poder para infiltrarse en las redes chinas para orquestar ciberataques de respuesta proporcionados, aunque por el momento se desconoce si finalmente se ha llevado a cabo alguno.
Este nuevo episodio de la nueva "Guerra Fría" entre Washington y Pekín se produce en medio de la grave crisis sanitaria desencadenada por la expansión del nuevo coronavirus.
El país norteamericano es el epicentro actual de la pandemia, al liderar a nivel mundial tanto el número de contagios como el de muertos, con 1.380.465 casos confirmados y 83.249 fallecidos por COVID-19.
Ante esta situación, el director del Programa de Ciencia e Innovación Tecnológica del laboratorio de ideas Wilson Center, Meg King, destacó en un declaración enviada a Efe la importancia de "las herramientas de tecnología sanitaria", claves para acabar con la pandemia, pero que también pueden servir para llevar a cabo ciberataques.
Y consideró que ese tipo de información puede servir para lograr ventajas geopolíticas o ganancias financieras, con lo que el aviso de hoy de EE.UU. "es crucial": "Al igual que la comunidad médica protege los datos de los pacientes, los avances en investigación también deben ser salvaguardados", indicó.