El número de desplazados sirios varados junto a la frontera turca tras huir de los bombardeos en Alepo asciende ya a 45.000 y aumentan, aseguró hoy la organización humanitaria turca musulmana IHH, que atiende a los refugiados.
"Ayer eran 35.000, hoy llegamos a 45.000 y el flujo continúa: no paran de llegar familias de Alepo, tanto árabes como turcomanas y kurdas", dijo por teléfono Emrullah Öztürk, portavoz de IHH, que se encuentra la provincia de Kilis.
El paso fronterizo de Öncüpinar, que comunica la ciudad turca de Kilis con la carretera de la ciudad siria de Alepo, continúa cerrado.
La organización ha empezado a levantar en el lado sirio dos campamentos de tiendas para los desplazados, ambos a pocos centenares de metros de la frontera turca.
"Esta situación se prolongará bastante, por lo que parece, y empezamos a planificar la instalación de un campamento de casas prefabricadas", indicó Öztürk a Efe por teléfono.
El portavoz destacó que IHH ha llevado unidades de cocina móviles a estos campamentos donde organiza el reparto de comida y de mantas, gracias también a la ayuda que ofrecen las autoridades turcas.
La mayor amenaza de momento son las bajas temperaturas, que ponen en peligro incluso la vida de niños y ancianos, aseguró Öztürk, aunque destacó que allí están a salvo de la guerra.
Se trata de una "zona segura" y no hay bombardeos ni milicias armadas en la región, aseguró el portavoz de IHH.
"Hay hospitales y médicos en la zona para atender a enfermos de pronóstico leve, y si alguien necesita una operación o atención más especializada se le evacúa en ambulancia a Turquía", explicó Öztürk.
Agregó que los empleados y voluntarios de la organización pueden cruzar sin problemas la frontera hacia el lado sirio, mientras que las autoridades turcos no permiten el paso a la prensa.
Turquía alberga actualmente a 2,7 millones de sirios, de los que 260.000 viven en campamentos dispuestos por las autoridades y el resto sobrevive por su cuenta, trabajando habitualmente de forma ilegal, dado que aún no ha entrado en vigor la ley, largamente anunciada, que regula su acceso al mercado laboral.
Ankara asegura haberse gastado más de 8.000 millones de dólares en atención a los refugiados desde 2011.
En noviembre pasado, Bruselas y Turquía acordaron el envío de 3.000 millones de euros al país eurasiático, a cambio que las autoridades turcas redujeran el flujo de refugiados que intenta alcanzar Europa.