Irán exhibió miles de soldados y cientos de misiles, tanques y equipos militares, en el desfile para conmemorar el 34 aniversario del inicio de la "Sagrada Defensa", como denomina a la guerra con Irak de 1980-88, en un acto presidido por el jefe del Gobierno, Hasán Rohaní.
La ceremonia se inició a primera hora de la mañana en el mausoleo del imam Jomeiní, fundador de la República Islámica, en el sur de Teherán, con la presencia de los más altos cargos del Ejército, los Guardianes de la Revolución, las fuerzas voluntarias Basij y otros cuerpos militares y paramilitares en una tribuna custodiada por el retrato de Jomeiní y del líder supremo, Alí Jameneí.
Es el comienzo de la celebración de la Semana de la Sagrada Defensa, en la que se recuerda a los cientos de miles de iraníes muertos en la que también se denomina "guerra impuesta por Irak" o "invasión iraquí" y en la que se honra la "resistencia" de sus tropas ante las fuerzas de Sadam Husein.
A la cabeza de cada unidad desfilaron militares heridos en combate, algunos en sillas de ruedas, con guirnaldas de flores al cuello y muchos con fotos de algunos de los "mártires" (muertos) de la larga y cruenta guerra, en la que se calcula que murió alrededor de un millón personas entre los dos bandos.
Tras las tropas circularon decenas de camiones con tanques, carros blindados, cientos de misiles de corto, medio y largo alcance, aviones, radares, artillería, equipos para detectar minas, lanchas de la marina y maquetas de barcos y submarinos y otros equipos militares, todos ellos de fabricación iraní.
Al son de marchas y canciones nacionalistas, un narrador explicaba los logros del desarrollo armamentístico en los últimos años, mientras una enorme pancarta mostraba el eslogan "Muerte a América" y los soldados gritaban "Alahu Akbar" (Alá es el más grande).
"Irán no sucumbirá a la presión de los enemigos", dijo Rohaní en un discurso en el que alabó los logros de los científicos militares y el desarrollo en las últimas décadas de una industria armamentística indígena.
El presidente reiteró que su país "ni busca ni ha buscado" desarrollar armas atómicas y destacó que la fabricación de equipos militares propios tiene únicamente "objetivos defensivos".
"Nunca hemos tratado de producir armas de destrucción masiva, pero con el fin de garantizar el desarrollo, el progreso científico y los derechos de esta nación, nunca nos hemos rendido y no nos rendiremos a la presión de Occidente y las superpotencias", declaró en su discurso televisado por varios canales nacionales.
"No nos asusta la presión del enemigo. Somos una nación pacífica, que nunca ha tenido intención de imponer una guerra a ningún país", añadió.
Rohaní denunció "la guerra económica y de sanciones" impuesta a Irán por sus enemigos.
También hizo referencia a la situación regional, en la que hay "caos, inseguridad, terrorismo y miedo", destacó el papel de "estabilidad" que juega su país en Oriente Medio y su defensa de los "oprimidos", a los que prometió seguir ayudando.
El Gobierno y las Fuerzas Armadas de la República Islámica, aseguró, "apoyarán la guerra contra el terrorismo" en la región, en referencia a la situación que viven Irak y Siria y a la toma de territorio por parte del Estado Islámico.