Cuatro hombres de entre 19 y 23 años fueron los responsables de una de las mayores atentados cometidos en suelo keniano. El 21 de septiembre de 2013, Hassan Abdi Mohamed Dhuhulow, Mohamed Abdi Nur Said, Ahmed Hasan Abukar y Yayhe Osman Ahmed acorralaron a los visitantes del centro comercial Westgate de la capital, Nairobi, y mataron a 67 personas e hirieron a otras 175 en un incidente que a día de hoy arroja numerosos interrogantes, comenzando por la desastrosa operación de seguridad que puso fin al asalto terrorista cuatro días después.
El diario nigeriano 'The Daily Nation' ha puesto por fin rostro a los cuatro responsables del atentado, todos ellos afines al grupo armado somalí Al Shabaab, que asumió la responsabilidad del ataque en represalia por los enfrentamientos contra el Ejército keniano en Somalia.
Los milicianos habían alquilado una tienda en el interior del edificio en la que almacenaron armas y munición empleados para defenderse de las fuerzas de seguridad, según informaron fuentes de seguridad kenianas a la cadena británica BBC.
Los asaltantes irrumpieron en el centro divididos en dos grupos. El primer grupo entró por la puerta principal y se abrió paso a tiros entre los controles de seguridad del vestíbulo. El segundo usó un acceso lateral y abrió fuego cuando los guardias pidieron que se identificaran.
Los asaltantes emplearon identidades falsas para alquilar la tienda y recurrieron a las entradas de servicio del centro comercial para almacenar el armamento, que siguieron empleando durante el ataque para reabastecerse continuamente frente a los intentos de las fuerzas de seguridad para rescatar a los rehenes, que fueron repelidos con armamento pesado.
Todos los milicianos estaban bien entrenados y se hicieron con el control del centro rápidamente y con eficacia, según las fuentes consultadas.
"FALLO CATASTRÓFICO DE SEGURIDAD"
Analistas consultados por 'The Daily Nation' estiman que el ataque al Westgate fue consecuencia de un "fallo catastrófico de las agencias de seguridad kenianas". De hecho, en los primeros días después del asalto, se dio a conocer que los servicios de inteligencia de Kenia alertaron en 2012 al Gobierno del país de que Al Shabaab podría llevar a cabo un ataque como el perpetrado contra el centro comercial.
El Servicio Nacional de Inteligencia del país avisó de la amenaza a múltiples agencias en los informes que habitualmente envía al Ejecutivo, al inspector general de la Policía, a miembros del Consejo Asesor de Seguridad Nacional y a miembros de la inteligencia militar. Nadie concedió a la alerta la importancia necesaria hasta que fue demasiato tarde.
El SNI tampoco se ha visto exento de críticas, ya que a pesar de tener conocimiento de este ataque no consiguió infiltrar a ningún agente en las filas de la célula para determinar la fecha exacta del atentado. Tampoco el Ejército, a quien se responsabiliza de una respuesta absolutamente desproporcionada y caótica a la hora de asaltar el centro comercial.
Por último, los servicios de seguridad fronteriza tampoco se han librado de las críticas, al haber sido incapaces de establecer una zona de seguridad entre Kenia y Somalia que impida la libre circulación de miembros de Al Shabaab --dos de los terroristas entraron en Kenia a través de la localidad de Entebbe y llegaron por carretera a Nairobi--.
Ni siquiera ha cobrado forma la comisión de investigación prometida por el presidente, Uhuru Kenyatta, que explique, por ejemplo:
- Cuántas personas fallecieron durante el ataque. La cifra oficial de fallecidos es de 67 pero Cruz Roja Kenia está convencida de que 76 personas fallecieron en el ataque, lo que significa que quedan nueve cuerpos todavía sin identificar, según un informe recogido por el diario nacional 'The Standard'. A ello se añade que todavía quedan 16 casos pendientes sobre personas desaparecidas en el ataque, según la organización.
- Por qué uno de los mayores ataques terroristas de la historia de Kenia fue considerado inicialmente como un atraco convencional al que respondieron, en un primer momento y sin conocimiento de la envergadura del suceso, los guardias de seguridad del centro y un grupo de civiles armados que resultaron masacrados por el potencial ofensivo de los terroristas.
- Por qué hubo una total ausencia de coordinación y de cadena de mando entre la Policía y el Ejército. La fuerza de élite policial Recce , que en un primer momento asumió el control de las operaciones, fue totalmente expulsada del operativo de respuesta en el momento en que el Ejército hizo acto de presencia en el lugar. Es más, los militares ni siquiera se molestaron en informar de su intervención a los policías que se encontraban en el interior del centro, quienes acabaron enfrentádose a tiros contra los soldados.
- Quién fue el responsable directo de coordinar la operación de rescate. A pesar de que en una situación así el inspector general de la Policía, David Kimayo, es quien debería estar al mando, sobre el terreno según las fuentes consultadas por 'The Nation' esta competencia recayó sobre el jefe del Ejército, general Julius Karangi.
- Por qué fueron necesarios cuatro días para entrar en un edificio donde ya no quedaban rehenes, y los terroristas habían agotado gran parte de su munición, y por qué fue necesario destruir gran parte del centro comercial durante la operación.
- Qué ha sucedido con las informaciones preliminares dadas por algunos testigos que aseguran que vieron a varios supuestos milicianos que se cambiaron de ropa poco después del ataque y procedieron a abandonar el edificio aprovechando el caos inicial de los disparos, ocultos entre el resto de visitantes que escapaban del lugar.
- Quién saqueó las tiendas del centro comercial. Varios comerciantes denunciaron tras el asedio que algunas de las tiendas habían sido saqueadas y que alguien había forzado las cajas registradoras. Días después del ataque, las cámaras de seguridad grabaron a soldados que llevaban objetos no identificados en bolsas. El Ejército ha negado que los soldados robaran nada y que solo se les permitió coger botellas de agua del supermercado.
- Dónde se encuentran los restos mortales de los terroristas. El general Karangi aseguró a principios de año que estaban en Estados Unidos bajo la custodia del FBI, pero otras fuentes consultadas por el diario nigeriano 'The Nation' creen que los cuerpos se encuentran en Kenia.
Estas preguntas planearán esta tarde durante la ceremonia de conmemoración del aniversario, donde las familias de las víctimas desvelarán una placa conmemorativa, a la espera de nuevas respuestas.
"El presidente debe una respuesta a la nación", declaró ayer el máximo responsable de la organización de la Sociedad de Derecho de Kenia, Apollo Mboya. "Es imprescindible que comparta toda la información posible, porque a día de hoy seguimos sin saber qué sucedió en el Westgate y cuántos errores se cometieron durantel la operación de rescate".