El presidente sirio, Bashar al Assad, ha hecho un llamamiento a una movilización nacional en una "guerra para defender la nación", al tiempo que ha subrayado su rechazo a dialogar con quienes "han traicionado al país".
En su primer discurso desde la entrevista concedida en noviembre a una cadena de televisión rusa, Al Assad ha ofrecido celebrar una conferencia de "reconciliación", una cita de la que estará excluida la "marioneta" que ha creado "Occidente", en referencia a la coalición de fuerzas opositoras que ha sido reconocidas por varios países occidentales.
Esta conferencia incluiría la formación de un nuevo gobierno y la aprobación de una amnistía. En un discurso en el palacio de la Ópera de Damasco, el primero que pronuncia desde junio de 2012, ha desvelado los detalles de su conferencia de "reconciliación" y ha hecho hincapié en que a ella no están invitados "aquellos que han traicionado a Siria".
Al Assad se ha dirigido a una multitud de seguidores que no han dudado en interrumpirle en varias ocasiones con aplausos y vítores y que han llegado a comprometerse a sacrificar su vida por el mandatario. "Con nuestra sangre y alma nos sacrificaremos por ti, Bashar", han coreado con los puños en alto los asistentes a su discurso.
"Dios, Siria y Bashar son suficientes", han gritado los seguidores del presidente cuando Al Assad ha terminado su discurso y abandonado el escenario.
"Estamos ahora en un estado de guerra en todo el sentido de la palabra", ha subrayado el mandatario. "Esta guerra ataca a Siria utilizando a un puñado de sirios y muchos extranjeros. Es, por tanto, una guerra para defender la nación".
"Nos reunimos hoy cuando el sufrimiento es incontenible en el territorio sirio. No hay lugar para la alegría mientras la seguridad y la estabilidad están ausentes de nuestro país", ha subrayado. "La nación es de todos y todos debemos protegerla", ha apostillado.
La revuelta contra el régimen que preside Bashar al Assad, iniciada a mediados de marzo de 2011, ha acabado con la vida de unas 60.000 personas, en su mayoría por la represión de las fuerzas gubernamentales, según las últimas estimaciones de Naciones Unidas.