Las dos cooperantes, pertenecientes a la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), fueron trasladadas a esa ciudad (feudo de la milicia radical islámica Al Shabab) el lunes, de acuerdo con el relato del militar.
"Nuestros servicios de inteligencia en Kismayo confirmaron que las mujeres (españolas) estuvieron retenidas allí una noche. Estamos planeando todo tipo de acción que pueda conducir a su liberación", agregó.
Ahmed Dhumal advirtió, asimismo, que existe la posibilidad de que esa milicia islamista opte por vender a las dos rehenes a piratas somalíes con el objetivo de obtener dinero para financiar sus actividades.
Las autoridades de Kenia también creen que el referido grupo fundamentalista -vinculado a la red terrorista internacional Al Qaeda- está detrás del secuestro, aunque la milicia insiste en negar este extremo.
Un residente de Kismayo, que por razones de seguridad prefirió no ser identificado, declaró a Efe que la mañana del lunes "Al Shabab acordonó una amplia zona determinada de la ciudad para evitar movimientos".
"La gente decía que dos españolas habían sido trasladadas a una casa en la zona rodeada. La milicia que rodeó la zona se marchó pocas horas después, lo que da a entender que se llevaron a las mujeres de allí", agregó el residente.
Las españolas Montserrat Serra y Blanca Thiebaut fueron secuestradas el pasado día 13 en el campamento keniano de refugiados de Dadaab, situado a escasos 100 kilómetros de la frontera con Somalia.
Éste es el último de los cuatro secuestros acontecidos en suelo keniano en poco más de un mes, que incluyen a otro trabajador humanitario de Dadaab, una ciudadana francesa y otra británica, además de numerosos enfrentamientos armados en la zona fronteriza.
El sábado, 48 horas después de la captura de Serra y Thiebaut, el Ejército keniano se desplegó en suelo somalí en respuesta a los secuestros.
Al Shabab negó este lunes en un comunicado su implicación en el secuestro de las dos cooperantes españolas, y amenazó a Kenia con atentados si no retira sus soldados del territorio somalí.
"Las acusaciones de las autoridades kenianas sobre los recientes secuestros son, en el mejor de los casos, infundadas. Y además de ser meras conjeturas, no están sustanciadas con ninguna prueba verificable", subrayó el grupo fundamentalista.
Fuentes próximas a Al Shabab dijeron a Efe que la milicia podría estar negando su responsabilidad en el secuestro para evitar que el Gobierno español apoye la invasión de las fuerzas kenianas en territorio somalí.
"Atribuirse ahora el secuestro puede proporcionar a Kenia el apoyo de los gobiernos español y francés", señaló la fuente, que remarcó que Al Shabab "debe evitar semejante enredo".
Las amenazas del grupo radical no han caído en saco roto y Nairobi ha aumentado sus medidas de seguridad, informaron fuentes gubernamentales al diario local "The Standard".
El comisario de Policía de Nairobi, Antony Kibuchi, pidió, asimismo, a los residentes de la ciudad que informen sobre "cualquier persona u objeto sospechoso que vean".
"Somos nosotros quienes tenemos que derrotar a esos criminales que amenazan nuestra paz", aseveró Kibuchi.
Al Shabab combate al internacionalmente respaldado Gobierno Federal de Transición somalí y a las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) con el fin de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra tribales y bandas de delincuentes armados.