Acertar en la compra es el elemento clave en el proceso de elección del automovilista, además de ser el causante del largo periodo en el que se suele convertir el protocolo previo a la decisión final y que todos quieren que se convierta en una compra maestra.
Uno de los grandes candidatos es la nueva generación del Superb, el modelo estrella y más grande del fabricante checo Skoda, que estrena tercera generación.
La calidad y el espacio ofrecidos por esta berlina de casi 4,90 metros sitúa a la marca un peldaño más arriba. En el caso de este modelo su compra ha pasado de ser inteligente, el Simply clever con el que el fabricante quiere que se le identifique, a maestra, como diría una conocida asociación de consumidores.
El buque insignia de esta marca integrada en el grupo Wolkswagen, hace honor a su denominación y está capacitado para jugar en una liga mayor, la de las berlinas de gama alta o más conocidas como premium representativas.
Más aún si, como es el caso de la unidad probada, equipa el motor diésel 2.0 TDI de 190 CV, el más potente de la gama, la caja automática DSG y el acabado Laurin & Klement, el más alto disponible, en honor a los dos fundadores de la marca, que comenzaron a fabricar vehículos en 1905.
Con esta combinación puede ser perfectamente el coche de un ejecutivo, uno de los objetivos de Skoda, que se propone crecer en el canal de las flotas; o bien el de un particular que quiera una berlina amplia y con un motor más que suficiente para poder viajar en un auténtico salón rodante.
Las cuentas salen si se le compara con modelos premium o subpremium con el mismo motor y acabado.
También si se analiza el consumo que un automóvil con el peso (más de una tonelada y media, 75 kilogramos menos que antes) y el tamaño del Superb puede lograr con un motor de 190 CV y una caja automática de doble embrague.
La marca le ha homologado un consumo mixto de 4,1 l/100 km, que en la prueba, en la que no ha faltado conducción dinámica por carretera de montaña y los habituales atascos de ida y vuelta al trabajo, la ha completado con un gasto medio de 6,1 l/100 km. Con una conducción más relajada y aprovechando los distintos modos de conducción del modelo, es fácil bajar de forma apreciable el consumo de este clase S a la checa.
En total, el conductor puede elegir entre cinco diferentes modos de conducción, que cambian parámetros, como la respuesta de la dirección, la aceleración y la gestión de la caja automática. Es la primera vez que un Skoda cuenta con el DCC (Dynamic Chasis Control) con 5 modos de conducción.
La berlina tiene un comportamiento muy neutro en recta y en curva, donde la tecnología que equipa permite hacer los pasos rápidos sin que se insinúe la parte trasera. El equipo de frenos también tiene un buen funcionamiento. Le detiene con fuerza y sin que haya trasvases de peso apreciables.
Es también de destacar el trabajo de insonorización realizado por los ingenieros de la marca. El motor es casi inapreciable en el habitáculo, al igual que el ruido de la rodadura.
Con todos estos mimbres, el Superb invita a salir a la carretera y a disfrutar de largos viajes. El placer no solo es para el conductor sino para todo el pasaje.
Al conductor lo que le va a gustar, al margen del comportamiento en carretera, es que cuando se llena el depósito y se arranca el vehículo la autonomía que marca el coche es de 1.100 kilómetros.
El puesto ergonómico del que dispone, en el que todo está al alcance de la mano; el mullido del asiento, las regulaciones eléctricas, las funciones de calefactado y ventilado o el sistema de infoentretenimiento tampoco le va a defraudar.
Lo mismo le va a pasar al pasaje trasero. Tres adultos pueden viajar cómodamente atrás. Si fuera el caso de tres niños la pregunta de cuándo llegamos se retrasaría algo más.
El interior transmite sensación de calidad y de elegancia, al tiempo que deportividad. Desde el volante multifunción se pueden activar y desactivar los numerosos sistemas de asistencia a la conducción con los que está equipado el vehículo o que la marca ofrece en opción gracias a la plataforma MQB del Grupo Volkswagen.
Otra parte fundamental de esta berlina es la enorme 'cueva' que tiene para las maletas y los bultos de cinco personas. La capacidad que ofrece una vez que se levanta de forma automática el portón es de 625 litros, 30 litros más que antes.
Por lo que respecta al diseño exterior, la imagen que presenta es más moderna, con un frontal en el que priman las formas horizontales, caso de la parrilla y los nuevos faros que tanto delante como detrás son de led. El objetivo es ofrecer una mayor anchura óptica, lo que claramente han logrado. Lateralmente es de señalar los estrechos pilares y la suave pendiente del techo para darle un toque deportivo.
Como conclusión, la primera destacable es que la relación calidad/precio es muy buena. Equipar a un coche del segmento subpremium o premium con la misma dotación que el Super supondría un desembolso económico mucho mayor.