Triángulo II, una pequeña galaxia en el borde de la Vía Láctea, está compuesta por sólo alrededor de 1.000 estrellas. Pero alberga la mayor concentración de materia oscura en una galaxia conocida.
La materia oscura es llamada "oscura" por una buena razón. A pesar de que superan en número a las partículas de la materia ordinaria en más de un factor de 10, las partículas de materia oscura son elusivas. Su existencia se infiere por su influencia gravitatoria de galaxias, pero nadie ha observado directamente las señales de materia oscura.
El profesor de Astronomía del Instituto de Tecnología de California Evan Kirby, llegó a esta conclusión al examinar la velocidad de seis estrellas alrededor del centro de la galaxia. "Sólo seis de sus estrellas eran lo suficientemente luminosas para verse con el telescopio Keck", ha destacado.
En este trabajo, publicado por 'Astrophysical Journal Letters', se ha descrito cómo mediante la medición de la velocidad de estas estrellas, Kirby y su equipo pudo inferir la fuerza gravitatoria ejercida sobre las estrellas y con ello determinar la masa de la galaxia.
"La masa total medida era mucho mayor que la masa del número total de estrellas, lo que implica que hay una densa cantidad de materia oscura que contribuye a la masa total", ha apuntado Kirby. "La relación de la materia oscura respecto a la materia luminosa es la más alta de cualquier galaxia que conocemos", ha añadido.
Triángulo II podría convertirse en el principal candidato para los esfuerzos por detectar directamente las firmas de la materia oscura. Ciertas partículas de materia oscura, llamadas WIMPs supersimétricas (partículas masivas de interacción débil), se aniquilan mutuamente al chocar y producen rayos gamma, que luego se pueden detectar desde la Tierra.
Aunque las teorías actuales predicen que la materia oscura está produciendo rayos gamma en casi todas partes en el universo, la detección de estas señales particulares, entre otros ruidos galácticos, como los rayos gamma emitidos por púlsares, es un reto.
Triángulo II, por su parte, es una galaxia muy tranquila. Le falta el gas y otro material necesario para formar estrellas, por lo que no se están formando nuevas estrellas que los astrónomos llaman "muertas". Cualquier señal de rayos gamma procedente de la colisión de partículas de materia oscura podría teóricamente ser claramente visible.