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El petxit: las mascotas de británicos serán afectadas por el brexit

Belle y Lola, la historia de una buldog francés y una perrita de raza mestiza cuyos dueños no saben que ocurrirá tras la salida del Reino Unido de la UE

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  • En el veterinario de San Luis de Sabinillas. -
  • Analíticas certificadas para probar eficacia de vacunas, limitación de puntos de entrada al país con control veterinario o cuarentenas
  • Más trámites, más tiempo, más dinero, un proceso más complicado, un poco parecido a las personas.

Belle, una buldog francés, y Lola, una perrita de raza mestiza, no han oído hablar nunca del "brexit" pero, en función de lo que pase, puede que les afecte; las mascotas de miles de británicos que residen en España también sufrirán los efectos de la salida del Reino Unido de la UE.
Los británicos, por norma general, tienen animales de compañía, y más de uno. No sabría decir cuántos, pero ahora mismo hay un gran número de animales pendientes de qué pasa con el brexit
Ambas son “pacientes” de Pablo Gozalo en su clínica veterinaria de San Luis de Sabinillas, una pedanía costera del municipio de Manilva (Málaga) que, por su cercanía con Gibraltar y zonas de playa y golf, cuenta con un 39,97 por ciento de población extranjera, en su mayoría británica.

"Los británicos, por norma general, tienen animales de compañía, y más de uno. No sabría decir cuántos, pero ahora mismo hay un gran número de animales pendientes de qué pasa con el brexit", explica Gozalo a EFE.

En 2004, este abulense y su novia de Valladolid, también veterinaria, emigraron al Reino Unido cuando el país estaba necesitado de veterinarios por la crisis de la fiebre aftosa; después de unos meses colaborando con el gobierno inglés para atajar el brote, se quedaron varios años trabajando en distintas clínicas de Newcastle.

Al nacer su hija, pensaron en volver y aprovechar su experiencia británica.

En su clínica de Sabinillas atiende desde 2009 a las mascotas de las familias y ciudadanos británicos que residen en el área, todos ellos preocupados por el “petxit” (de pet -mascota- y exit -salida-) porque, como explica el veterinario, los británicos consideran a sus mascotas “un miembro más de su familia”.

ADIÓS A LA LIBERTAD DE MOVIMIENTO

Ahora, si Belle o Lola quieren pasar unos días en el Reino Unido van a ver a Pablo y cumplen el sencillo trámite que las mascotas residentes en España deben pasar antes de viajar a las islas: haber visitado a un veterinario, verificar que tienen más de tres meses, estar identificadas con un chip, tener pasaporte en regla y las vacunas al día.

Gozalo dice que es un mero trámite y el animal puede viajar casi de un día para otro, pero si hubiera un "brexit" sin acuerdo… el Reino Unido pasaría a ser considerado “un tercer país, como Rusia o Marruecos", así que los requisitos serían diferentes.

Analíticas certificadas para probar la eficacia de las vacunas, limitación de los posibles puntos de entrada al país con control veterinario, e incluso cuarentenas o devoluciones al país de procedencia; el Ministerio de Agricultura ya ha alertado de ello.

"En definitiva más trámites, más tiempo, más dinero, un proceso más complicado, un poco parecido a las personas. Nosotros para ir a la UE no necesitamos nada salvo el DNI, pero para ir a otros países, pues puede que necesitemos un pasaporte, una visa u otra serie de permisos", explica Gozalo.

El veterinario calcula que se necesitarán unos tres meses de planificación del viaje, al menos la primera vez que se haga, y siempre que después haya un mantenimiento de los requisitos. "Imposible no va a ser", subraya.

El asunto del “petxit” fue esgrimido desde el principio por el negociador comunitario para la salida del Reino Unido de la Unión, el francés Michel Barnier, para dar idea de la complejidad del proceso general, al destacar que son unos 250.000 perros y gatos con pasaporte británico los que se mueven anualmente por Europa gracias a la “libertad de movimientos” que les otorga el ser miembros de la Unión Europea.

PREOCUPACIÓN TAMBIÉN ENTRE LOS DUEÑOS

Pero, además de Belle y Lola, sus dueñas también están preocupadas, así como el propio veterinario que teme que, si hubiese problemas para entrar y salir de Gibraltar, tendría que prescindir de la mitad del personal.

“Nos afectaría muchísimo”, señala Gozalo, porque el 80 por ciento de sus clientes son británicos, muchos de ellos personas que trabajan en Gibraltar y viven en localidades españolas aledañas como Sabinillas, donde la vivienda es más barata y los espacios más amplios.

Una de sus clientas es Trulove Louise, llegó a España hace 14 años con un perro y ahora tiene tres y tres gatos. "Si tengo que volver a UK no va a ser muy fácil", bromea.

"Apenas vuelvo a mi país. Toda mi familia viene aquí, cuando vives en un lugar tan bonito todo el mundo quiere venir a verte. Mi casa es como un hotel, especialmente en verano", explica.

Para ella "desde donde lo mires, el "brexit" es un desastre, es malo para todo el mundo", una decisión que se tomó "para tirar una piedra al Gobierno", basada en "mentiras" sobre la inmigración que alimentaron "odio y xenofobia" en una población que "por generaciones ha tenido un imperio, que ya no existe".

Ella también teme que el "brexit" afecte a su negocio, una consulta de medicina estética en Gibraltar cuyas clientas van al quirófano a Marbella y, por ello, necesita un paso fronterizo ágil.

Tracy Sanyerr es la dueña de Belle, llegó a la zona en 2010 buscando un cambio de vida. Trabajó en Gibraltar cinco años. Se compró una casa en Sabinillas y ahora es autónoma que da servicio a compañías del sector financiero.

Ahora es fácil viajar con las mascotas al Reino Unido, dice. "Tengo amigos que viajan con sus perros bastantes veces al año", explica y dice que ella no tiene intención de volver pero, si tuviera que hacerlo, "llevaría a Belle conmigo”, subraya.

Lola ha llegado a la clínica con su dueña, Natalia Schilling, que lleva más de 15 años viviendo y trabajando en un despacho de abogados vinculados al sector inmobiliario en la zona.

No ha viajado nunca con sus mascotas, prefiere dejarlas aquí cuando su familia viaja, pero asegura que las dificultades de desplazarse a otro país con sus perros no harán que los británicos de la zona piensen en volver a su país. "Buscaremos soluciones, la gente no se va a ir, eso seguro", afirma. 

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