¿Málaga es accesible? Una cuestión a la que no solemos prestarle atención si no pertenecemos al colectivo de personas con diversidad funcional, pero que supone poder ir al cine o no para alguien en silla de ruedas, por ejemplo. Actualmente, el mayor problema, a juicio de Alfredo de Pablos, presidente de Málaga Accesible, son los taxis.
“Ha habido 26 taxistas de estas furgonetas que quitaron las emisoras para no atendernos, porque este modelo de taxi lo tienes que llamar”“Para cualquier persona la movilidad es ir de un punto A a un punto B”, ha dicho De Pablos, pero una persona con algún tipo de discapacidad se encuentra muchas barreras: “Te planteas si puedes salir de tu casa, si puedes moverte por las aceras, si los pasos de peatones o las paradas y los autobuses están en condiciones”.
Pero el verdadero reto llega a la hora de coger un taxi, “nos hemos encontrado un gran problema”. Así, el presidente ha recordado que “en la historia de Málaga ha ocurrido que siempre los taxistas han sido renuentes a llevarnos”, haciendo referencia a los conductores de vehículos sin licencias especiales, explicando que esta situación se veía agravada porque “tampoco querían que entraran licencias especiales”, aquellos permisos para trabajadores obligados a circular con un taxi adaptado.
Además, De Pablos ha indicado que la Ley de Accesibilidad contempla que al menos el cinco por ciento de la flota de taxis existentes en una ciudad tiene que ser adaptado.
Así, De Pablos ha hecho un recorrido por obstáculos que han tenido que superar. Unos años atrás, el Ayuntamiento concedió “12 o 14 nuevas vinculadas a taxis adaptados”, ha asegurado, agregando que gracias a que “se dieron muchas ayudas y subvenciones se le hizo atractivo a los taxistas el tenernos en cuenta”.
Esta iniciativa logró que el número se aumentara a “unos 60 taxis”, un número inferior al estipulado por la normativa: “La mínima cantidad hubiera sido 75, porque de 1.500 licencias el cinco por ciento es 75”, ha dicho el presidente de Málaga Accesible. “Durante dos o tres años más o menos se nos atendía, aunque con muchas deficiencias. Pero se acaban las subvenciones e inmediatamente de 60 taxis pasamos a los 12 0 14 que estaban obligados”, ha criticado.
Para resolver esta situación, al Ayuntamiento “se le ocurrió la infeliz idea de buscar un vehículo atractivo para los taxistas, pero con la condición de que si quieren este modelo tienen que atender de manera preferente a las personas con discapacidad, que no exclusiva”, ha señalado. Así, es como aparecieron en la ciudad de Málaga los taxistas con furgonetas.
Una acción que no ha solucionado nada, “el servicio es pésimo, no nos atienden”, ha afirmado. En referencia a ello, ha indicado que el convenido se hizo “a sus espaldas, nadie nos preguntó nada y era su deber, porque es obligatorio por ley”.
Así, ha destacado que “el negocio de una furgoneta de nueve plazas no está en llegar a una persona con discapacidad, sino atender a grupos de ocho personas en el Vialia, aeropuerto, cruceros, juergas nocturnas, grupos de hoteles”, lamentando que de “preferentes pasamos a excluidos”.
Además, ha manifestado que “no se pusieron los mecanismos de control, ni de seguimiento y ni de sanción para que esto no sucediera”, recalcando que “todo era en beneficio de los taxistas y solo dependiendo de su ética y compromiso. Si le das la ocasión de pecar, pecan”.
En Málaga actualmente hay casi 90 vehículos con licencia para atender a personas con diversidad funcional, “de manera formal Málaga cumple con la normativa, tiene más del cinco por ciento de taxis, pero de manera real es mentira, porque ni el modelo nos conviene y encima no nos atienden”, ha dicho. “Ha habido 26 taxistas de estas furgonetas que quitaron las emisoras para no atendernos, porque este modelo de taxi lo tienes que llamar”, ha denunciado.
“Que vayas al médico y no tengas un taxi, a una boda o quieras salir de noche a darte una vuelta con tus amigos y a la vuelta no tengas taxi”, ha apuntado, considerando que se debe a la “torpeza e ineptitud por parte del Ayuntamiento y encima en cinco años no han tomado medidas para meterle mano al asunto y siguen diciendo que van a tomar medidas, pero no se toman”.
Hoy no he podido despedir a un querido amigo que murió ayer. He solicitado un taxi a UNITAXI , adaptado a las 17:15 para que me recogiera a las 18:15. Ni llaman para disculparse pic.twitter.com/e4hpaeVPxy
— Alfredo de Pablos (@PablosAlfredo) November 30, 2019
Del mismo modo, ha matizado que “no le echo la culpa a los taxistas, ellos buscan el máximo negocio, lo que no llego a entender es al Ayuntamiento. Lo nuestro es un derecho y lo del taxi es un negocio”.
“No solo es un servicio que necesitan las personas que tienen movilidad reducida, también son las personas mayores, las personas que tienen un accidente y tienen que ir en silla de ruedas un tiempo, cualquiera necesita un taxi adaptado en un momento dado”, ha reivindicado.
Un modelo que no funciona
En referencia al modelo, De Pablos ha sentenciado que “hay otros mejores, no nos conviene”. Asimismo, ha detallado que “las sillas de ruedas no suben más de un 16 por ciento de pendiente y a las furgonetas les permiten hasta un 30 por ciento”. También, ha añadido que “un día de estos va a haber una desgracia para el que sube y para el que empuja”, haciendo referencia a que el taxista debe empujar la silla para que esta pueda entrar al vehículo a través de la rampa.
“El modelo podrá ser todo lo legal que quieras, pero no nos conviene”, ha dicho, incidiendo en que le encantaría “tener un coche deportivo, pero tengo una furgoneta pequeña, porque es lo que me conviene”, ha dicho.
Así, ha denunciado que se trata de una situación “indignante”, porque “esto es una balanza en la que pones en un platillo un derecho y en el otro un beneficio empresarial, los derechos tienen que pesar más”.
Al hilo, ha señalado que el interior de la furgoneta es “tan bajito que una persona con tetraplejia, de las que solo pueden mover la cabeza un poquito, se le obliga a torcer la cabeza para entrar”, ha reivindicado.
Por último, ha hecho hincapié en que hay un grupo de asalariados, algunos con treinta años de experiencias conduciendo un taxi, que “están locos por nuevas licencias y nos han dicho que están dispuestos a atendernos y con el modelo de taxi que necesitamos”, ha asegurado.
“Lo que más nos duele es la falta de voluntad de las administraciones”
Además del problema con los taxis existen otros obstáculos. En cuanto a las aceras la pendiente lateral, es decir, la inclinación desde la pared al bordillo, es “muy grande”, ha dicho De Pablos, poniendo como ejemplo que “si vas con un andador te encuentras con un pie más lato que otro, con bastones un brazo hace más esfuerzo que otro y te duele más, en silla de ruedas solo la manejas con un brazo”, preguntando que “¿cómo irías a la pata coja todo el camino?. Echo polvo”, justificando el malestar para las personas con algún tipo de discapacidad física.
Otro punto negro son las terrazas, “Málaga está plagada”. En este caso los ciegos lo tienen “un poco más grave, porque se guían por la línea del edificio”, ha señalado, pero “qué calle no tiene clavados siete u ocho bares con las mesas pegadas a la pared”, se reflexionado. En referencia es esto, ha recordado que “la ley dice que las meses tienen que estar a 1,8 metros de la pared, pero cuando no hay mesas hay tablas de menús”.
Los patinetes, otro quebradero de cabeza. “Nos dicen que hay una normativa que está llegando y llegando y sigue llegando, pero nunca llega”, ha criticado.
“Málaga no es accesible, es opcionable, porque es lo suficiente grande como para tener diferentes cosas de cada tipo, si no entras un bar entro al de al lado”, ha dicho, porque ha recordado que hace dos años llevaron a cabo un estudio de 1.500 locales del centro de la ciudad. “Presentamos de golpe 960 denuncias, seis de cada diez locales no eran accesibles”, ha dicho, criticando que de esas “900 y pico denuncias no sabemos nada”.
Además, ha hecho hincapié en que solo pudieron comprobar si se podía acceder al local, asegurando que, por ejemplo, los escalones a la entrada de los bares impedían el acceso a personas con discapacidad física. Por ello, ha criticado que el “Ayuntamiento no inspecciona y ese es el problema”.
“El problema es que ven que el que lo hace mal no tienen problemas, entonces por qué me voy a gastar dinero yo para hacer accesible un local, si sé que el de al lado no lo ha hecho y no le ha pasado nada”, ha desvelado.
Asimismo, ha resumido que en Málaga “se puede vivir, pero se podría vivir mucho mejor”, lamentando que “lo que nos duele es que la negativa es por falta de voluntad de las administraciones”.
Málaga aprueba en movilidad accesible, pero con una nota muy mejorable.