Si usted, como persona que desea desconectar, ha elegido como plan una escapada hotelera en plena Semana Santa malagueña se habrá topado con eso de “estamos completos” y los “ya no hay habitaciones disponibles”. La semana cofrade es sinónimo de turismo y gasto, pero también de multitud y demanda. El año 2023 ha comenzado a buen ritmo para el sector hotelero de Málaga, que “en el acumulado de enero y febrero” está dos puntos porcentuales por encima de los datos prepandémicos.
Esto es algo “positivo” para vaticinar que será “un buen año”, analiza el vicepresidente ejecutivo de la Asociación de empresario hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Javier Hernández. Aunque todavía no disponen de datos de previsiones porque “es pronto” todavía para estimar datos de ocupación, “en principio la Semana Santa se presenta muy buena, incluso con respecto a los datos de 2019”, aseguran.
La recuperación es una realidad desde que la pandemia fue abandonando nuestra lista de preocupaciones, y a pesar de la inflación, la subida de los tipos de interés o el IPC que nos afecta al bolsillo, se espera que el 2023 sea el año de la recuperación definitiva en el turismo hotelero. El año 2020 fue “positivo” para la patronal, ya que hubo un 70% de ocupación media. El de referencia fue el anterior a la pandemia, pues en 2019 se alcanzó una media del 75’6%. ¿Este este 2023 el idóneo para superar esa estadística?
“En noviembre ya estimábamos un incremento del 2% en las ventas, cercanas al 77%. Las perspectivas del año 2023 son llegar a estos niveles”, añade Hernández. “En el turismo urbano y de interior, a buen seguro se superarán, pero veremos qué ocurre en el segmento de sol y playa. Porque con contratiempos como obras que impidan la recepción de turistas supondrían un traspié. Hay que tener en cuenta que el turismo es muy sensible ante cualquier noticia que pueda limitarlo todo, como catástrofes, crisis o incluso la pandemia que sufrimos”.
Decisión polémica
Aehcos rechaza el cierre por obras de las playas de Malapesquera y Santa Ana, en Benalmádena, que están pensadas desde ya hasta el 1 de julio. “No nos oponemos a las mejores de estas playas, sino que abogamos que esta intervención se realice durante la temporada baja.
"Esto nos afecta directamente a la recepción de turistas”, se quejan desde la patronal. De momento, han encontrado “comprensión” desde el Ayuntamiento y Costas, pero dependen de la decisión de la administración central.
“Lo que está en juego es una gran pérdida de ingresos (unos dos millones de euros por establecimiento) e incluso impedir que unos 500 trabajadores no sean contratados”. Por ello, Aehcos pide que la obra se posponga a diciembre.