Era un campeonato de España en edades tempranas y era uno de los mejores de la selección de Andalucía. El ayudante de Francis Tomé fue a su habitación a contarle que sus jugadores estaban ligando con chicas de otros equipos en el hotel donde se hospedaban. Lo típico, las hormonas de unos zagales de 15 años. El míster se cabreó y los reunió a todos para cantarle las cuarenta.
“¿Y aquí quién manda?”, preguntó, esperando que le dijeran que por supuesto que era él, para así poder decirles que se dejaran de coqueteos y se centraran en el baloncesto. Sin embargo, a esa pregunta retórica, contestaron todos los jugadores: “Alberto”. Ahí fue consciente Tomé de que Alberto Díaz era y es mucho más que un jugador, es “un líder dentro y fuera”.
Ese capitán tímido es ese que ruge tumbado en el parqué en la foto que ilustra este texto, en una descripción gráfica de lo que el pelirrojo es al baloncesto: coraje, hambre e inteligencia defensiva. Efectivamente, acaba de provocar una falta en ataque para España. Es este su primer Eurobasket, y qué competición se está marcando el rey de los intangibles, pesadilla para cualquiera que pretenda atacarle en el uno para uno.
A Díaz lo conoce muy bien Francis Tomé, que lo entrenó en el Clínicas Rincón donde coincidió también con un tal Domantas Sabonis. “Me está llamando muchísima gente en España para preguntarme por él. Está ahora en boca de todos”, reconoce el entrenador en una entrevista para el nuevo programa ‘Corazón Verde’, en 7TV Málaga.
Tomé ha visto su evolución como jugador. “Está mejorando su juego ofensivo: a pies parados está metiendo más. Defensivamente ya hace muchos años que él daba este nivel. Está jugando a un nivel top Euroliga defensivamente. No sé cuantos jugadores hay que sean capaces de defender el 1x1, de apretar al base o de pasar bloqueos como lo está haciendo”, analiza. Ese estereotipo de jugador que solo defiende ya hace tiempo que Díaz lucha por hacerlo desaparecer.
Pozas, Alcoholado y la competencia
Cuando era pequeño, “era mucho mejor porque era un creador de juego nato”. También un muy buen penetrador y con mayor capacidad de asistir. “Ahora lo hace menos porque cuando penetras ahora te encuentras a pívots de 2’15”, justifica Tomé.
Díaz ha tenido que adaptar su juego ofensivo en un contexto de mucho músculo, por lo que ahora tira más tras bote, de parado también. Ahora es mucho mejor tirador, aunque los triples que tenía que meter los metía cuando era canterano. Y en defensa ya daba ese nivel cuando era pequeño. “Era un auténtico muro”, insiste. Ahora que está defendiendo a los mejores jugadores de Europa, el continente está afirmándolo.
Hay dos personas que han marcado su carrera: una es el base malagueño José Alcoholado, porque conseguía que Alberto no se relajara en ningún momento. El cajista sabía que si eso pasaba, ganaría José. “Cada entrenamiento era una guerra”. La otra persona es el base del Real Betis Pepe Pozas, con quien compartió el puesto de base en dos buenos años.
