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La impotencia de Ibon Navarro por una plantilla individualista

El entrenador del Unicaja fue crítico con sus jugadores tras la amarga despedida de la temporada en el Carpena y abre el camino a un cambio radical de cromos

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  • Ibon Navarro señaló que son muchos los jugadores que solo piensan en sí mismos en la plantilla. -

El Unicaja perdió este miércoles otro de los muchos partidos de la temporada ante el BAXI Manresa (95-100), en un intento de remontada que llegó a destiempo y solo maquilló otra decepción. Ibon Navarro, cabizbajo, se sentó en rueda de prensa y disparó respuestas desde la máxima sensatez. Y señaló a parte de su plantilla. Porque “hay demasiada gente que piensa en sí misma”, más con la mente puesta en salir a otro destino porque acaba contrato o porque se acabaron sus oportunidades.

El técnico de Vitoria fue claro: “Con tantos jugadores que acaban contrato, lo dificulta todo”. Al Unicaja su nivel grupal no le llegó ni para ser undécimo, en una temporada que obliga a cambios drásticos en el seno del equipo. Parecía impensable viendo el equipo libra por libra, pero en conjunto es una mesa coja. No tuvo fuerzas para responder sobre su futuro, si seguirá o abandonará el barco habiendo intentado sin éxito reflotarlo. No pone excusas. “Éramos conscientes de los problemas que había y no pudimos solucionarlos”.

En su debut, ante el Real Madrid en el Carpena, se vio a un equipo aguerrido y peleón hasta el final, que cayó por poco complicándole mucho la victoria al portentoso grupo de Pablo Laso. Avisó tras aquel primer episodio: “Esto es el efecto champán”. Esa efervescencia duraría poco en consistencia, aunque hubiera picos de baloncesto muy bueno y picos de insuficiencia, desconexiones, frustraciones.

“Cuando viene un nuevo entrenador siempre hay un cambio inicial, pero el reto cuando vine es mantenerlo. Lo dije en su día, que el efecto champán está muy bien, pero hay que tener cuidado”, analizó. Se acuerda también de las lesiones, que no han ayudado, “tuvimos un punto de madurez e incluso momentos de buen juego. Las ausencias de jugadores que dan eso que no tenemos las echamos en falta, Tim Abromaitis o Carlos Suárez, jugadores que no tienen la ansiedad de anotar para ayudar al equipo”. Un Unicaja que tira, bota, bota y tira y, si no anota, se olvida de defender al cien por cien. Y se va del partido con parciales irremontables.

Navarro advirtió de que los jugadores tendrán que ser profesionales y “tener respeto por su profesión” para acabar con decencia el último partido de Liga ante el Río Breogán este sábado, aunque “inconscientemente habrá jugadores cuyo máximo será muy bajo y esos jugadores no podrán ayudar”. La próxima semana se espera movimiento en la sala de prensa del Carpena y en los próximo meses, idas y venidas. El presente y futuro próximo está ahora en manos de la directiva. 

 

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