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La prensa frente a los "supercontagiadores" de la crispación

Publicaciones del Sur celebra en San Fernando sus Jornadas Nacionales de Periodismo, que han analizado el papel de los medios frente a la polarización política

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Lo llaman polarización -“hacer que se opongan dos o más tendencias o posturas”-, pero se entiende mejor si hablamos de crispación. Llevamos meses, puede que incluso algunos años, inmersos en ella, a causa de las circunstancias políticas por las que atraviesa nuestro país, pero pueden ser igualemente sociales y económicas, puesto que ha logrado abarcar diferentes ámbitos de la mano de aliados como las redes sociales e, incluso, los medios de comunicación. Precisamente, éste ha sido el eje de las Jornadas Nacionales de Periodismo celebradas este pasado viernes en San Fernando, y organizadas por Publicaciones del Sur, con la participación de destacados y respetados profesionales del mundo de la comunicación.

La ocasión merecía una pausa para el análisis, y al mismo se enfrentaron, en una primera mesa redonda Monserrat Domínguez, subdirectora del diario El País; Lucía Méndez, redactora jefe de Opinión del diario El Mundo; Ignacio Escolar, director del digital eldiario.es, quienes abordaron la pésima y decisiva influencia de las redes sociales en la polarización-crispación y los nuevos retos a los que se enfrentan los propios medios de comunicación en un momento de cambios constantes y en el que tienen que decidir si lo importante son las visualizaciones en una página web o el compromiso por la calidad de cara a sus lectores a través de un negocio que tiende definitivamente al servicio de pago por los contenidos en internet.

En este sentido, Domínguez ahondó en la perversa deriva de las redes sociales hasta hacer muy presente su “lado oscuro”, después de un momento en el que “florecieron ideas y voces frescas”. Y puso de ejemplo el movimiento de Podemos, a partir del 15M, para conectar con la ciudadanía, que es el mismo que han desarrollado “las empresas y partidos como Vox” para llegar a a la gente, bajo el “riesgo” de que “nadie se hace responsable” de unos mensajes” que incorporan una carga emocional alta. “La información que produce indignación se viraliza, aunque sea falsa, porque nadie se hace responsable de esa información. Y es un negocio que funciona”, lamentó.

Un “negocio” que ha incidido a su vez en la forma en la que los medios tradicionales se relacionaban con sus lectores, puesto que ahora son éstos los que distribuyen las noticias. “Nos han dejado a los medios sin la vía tradicional de distribución, y eso nos obliga a apostar por nuevas formas de difundir la información”, lo que no deja de ser una deriva un tanto diabólica, puesto que “la responsabilidad ha recaído en los ciudadanos, y si compartimos determinadas informaciones falsas nos convertimos en supercontagiadores de la desinformación”; una práctica de la que también responsabiliza a un “periodismo más barato y más rápido, más tendente a opinar que a informar”, por lo que animó a los medios a “recuperar la confianza del ciudadano”.

Lucía Méndez aprovechó para abrir otro debate paralelo al escenario descrito por la subdirectora de El País, aunque concerniente al propio papel de los medios, empeñados en “competir por captar la atención de una audiencia que accede a diario a muchos contenidos”, lo que ha provocado que los periodistas “vivamos sometidos a una doble presión, la de la empresa y la de los lectores”. La primera, “porque ya no tenemos lectores, sino usuarios. Manda el ranking de las noticias más vistas. Solo se contrata a periodistas que tienen conversiones. Los periódicos son números, no se habla de contenidos. Y la segunda, la presión de los lectores y las audiencias”, bajo la advertencia de que “si cedemos, perderemos la libertad de criterio”.

Ignacio Escolar no tuvo reparos en poner nombre propio al culpable de la polarización: “Han sido las redes sociales”, de las que dijo “tienen muchas cosas positivas, pero traen más problemas que beneficios para la prensa y la sociedad, puesto que se han dedicado a fragmentar la realidad. Las redes ofrecen retazos de la realidad y ayudan a creer en las mentiras”. La cuestión es que los propios medios han participado de ese “negocio para conseguir más páginas vistas a cualquier precio”, pese a lo cual se ha abierto una puerta desde la que, entiende, se alumbra un nuevo futuro para la prensa libre y de calidad, la del pago por contenidos. “El incentivo no ha de ser tener más páginas vistas, como que te paguen por leerte”, después de que haya medios “que se han convertido en industrias contaminantes más que en medios de comunicación”.

“Hay que deberse a los lectores -insistió-. Es mejor que lograr audiencia a cualquier precio. Las páginas más vistas son un indicador equivocado. No responde a un criterio informativo. Hay que valorar el medio y pagar por él, que es lo que vale”.

 

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En la segunda mesa redonda se abordó idéntica cuestión, aunque desde el punto de vista de Andalucía. En este sentido, Álvaro Ybarra, director del ABC de Sevilla; Teresa López Pavón, delegada del diario El Mundo en Andalucía; Rafael Porras, presidente del Consejo de Administración de la radio televisión pública en Andalucía; y Eva Sáiz, delegada del diario El País en Andalucía, coincidieron en que la situación de crispación que se vive en nuestra comunidad no es tan grave como la que se vive a nivel nacional, por la apuesta por un periodismo más local y más cercano, aunque coincidieron en señalar los mismos males que atraviesa la profesión como consecuencia de las redes sociales y la aparición de medios interesados más en la rapidez y en sumar visitas que en la calidad del ejercicio periodístico.

Así, Eva Sáiz aludió a la “espiral perversa” en la que se encuentran inmersos los medios en este momento “para garantizar un periodismo de calidad”, mientras que Rafael Porras incidió en el hecho de que “la realidad ha cambiado, y la necesidad de información también”, por lo que no hay otra opción que la de “adaptarse”. En este sentido, Teresa López Pavón coincidió en que no se trata tanto de determinar “qué nos pasa, sino qué vamos a hacer”. Alvaro Ybarra, por su parte, defendió el papel del periodismo local como "válvula de escape ante la polarización”, y  destacó la apuesta que hacen día a día por poner “el acento en lo local”, ya que “a la gente le interesa este tipo de información, aunque no comparta la línea editorial del medio”, ya que el medio se dirige asimismo a “una audiencia más heterogénea”.

 

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En San Fernando

El Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León acogió un año más, aunque con aforo reducido, la celebración de las Jornadas, con las que la ciudad y Publicaciones del Sur conmemoran cada año el aniversario del decreto de la Libertad de Imprenta (210 años en este 2020) y el de la fundación del propio grupo editorial (32 años de trayectoria). La alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, fue la encargada de dar la bienvenida, acompañada por el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, la presidenta de la Diputación, Irene García, el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, y el consejero delegado de Publicaciones del Sur, José Antonio Mallou. En su intervención, Cavada animó a la prensa a “dar información y tranquilidad ante tanta desinformación, porque ésta puede ser más perjudicial que un virus”. Una idea en la que también incidió Antonio Pulido, quien invitó a los medios a “reconstruir lo que se está construyendo”, mientras que Juan Marín dijo echar en falta “poner más en valor las noticias positivas”, así como Irene García puso de ejemplo la labor de compromiso y unidad que están poniendo de manifiesto tantos ayuntamientos.

Formato novedoso y obligatorio

Las circunstancias excepcionales de la pandemia obligaron en esta tercera edición a reducir el aforo del Centro de Congresos y limitar el acceso presencial a las Jornadas, aunque, a tenor del interés que las mismas han despertado en los años precedentes, Publicaciones del Sur procedió a la emisión en directo de cada una de las mesas redondas a través de la red canales de 7 TV en toda Andalucía, así como por streaming y redes sociales, “que es nuestra forma particular de vencer a los condicionantes de una pandemia que nos ha obligado a reinventarnos una vez más y a demostrar que los medios de comunicación, sea cual sea el soporte y el formato, no podemos olvidar nuestro compromiso con la sociedad a la que nos debemos”, subrayaba en la presentación el consejero delegado de Publicaciones del Sur, José Antonio Mallou.

Mallou resaltó asimismo que era oportuno analizar las circunstancias por las que atraviesa el país en los últimos años, evaluar qué es lo que nos ha llevado a este escenario de crispación constante que ha puesto su foco principal en la política, pero que también nos afecta como sociedad y, en nuestro caso, en el ejercicio de la responsabilidad periodística”. En el fondo, el eje de cada una de las Jornadas, independientemente del tema central elegido cada año, pasa precisamente por ahí, por la “responsabilidad” del ejercicio periodístico, abordada siempre desde un punto de vista crítico, como quien se mira a un espejo en busca de una composición de lugar de la que todos deberíamos extraer nuestras propias conclusiones si el reflejo aparece distorsionado. Si este viernes lo hubiesen hecho muchos medios, incluidos algunos que no nombraremos pero que están en la mente de todos, podrían haberlo comprobado.

 

 

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