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Jerez

Gutiérrez Murillo, un señor presidente

Ha dicho adiós para siempre el hombre que soñó con hacer un Xerez CD grande aunque la política y los celos no le dejaron acabar su proyecto

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  • Gutiérrez Murillo -

Asumió la presidencia del club a finales de la temporada 1983-84 por la dimisión de Manuel Riquelme y tomó el mando en la 1984-85 firmando a un asturiano, Moncho, para el banquillo y reforzando la estructura de cantera con Pepe Valera y con Felipe Quintana. Tanto Moncho como Felipe serían piezas fundamentales en el devenir futuro de un club al que Gutiérrez Murillo sacó de la huelga para hacerlo soñar con una Primera División que, bajo su responsabilidad,lo hubiese podido conseguir de no haber mediado la política y los celos que, a la postre, fueron las causas -porque no hubo otras aunque algunos intentaron manchar su imagen, siempre honesta, constantemente cabal- que propiciaron que su legislatura finalizase antes de tiempo.
El que para muchos ha sido el mejor presidente de la historia más reciente del Xerez Club Deportivo, José Gutiérrez Murillo, fallecía este viernes en el Hospital de Jerez donde había estado ingresado en las últimas fechas. Pepe, como todo el mundo lo conocía, fue delegado de Fiestas en el primer Gobierno municipal democrático, militando en las filas del PSOE, partido que nunca abandonaría. Fue un delegado ejemplar en aquellos tiempos en los que tuvo que compatibilizar la política con su puesto de dirección en una agencia de viajes. Precisamente las facilidades que dio al Xerez CD para sus desplazamientos le hizo abandonar su puesto de dirección en otra agencia. Profesionalmente hizo una labor impresionante en la gerencia de Tugasa, Turismo Gaditano SA, expandiendo la marca con sus hoteles por la Sierra gaditana. Un profesional muy reconocido en las esferas turísticas provinciales, regionales y nacionales. Una persona siempre cercana, abierta, jerezano a más no poder y xerecista que terminó un poco desencantado con los problemas institucionales que surgieron desde la constitución de su equipo, de su Xerez CD, en SAD.
Vio Gutiérrez Murillo descender al conjunto que él planificaba para que fuese grande cuando trajo a Naya, que confeccionó quizá una de las mejores plantillas de la historia, y firmó a José Antonio Irulegui, un entrenador con el que se comenzó a soñar con alcanzar por primera vez en la historia la Primera División. Trajo a Sanabria, un jugador que levantó a la afición del cemento de Domecq y de los asientos de Chapín. Y a futbolistas que, en aquellos momentos, eran impensable que pudiesen haber llegado como Fabregat, Orbegozo, Eizmendi, Martín Sáez, Nanini, Comisso, Reces o Drago Cakic. Y logró que la cantera reinase en esa plantilla importante con nombres como los de Antonio Poyatos,Dieguito, Suárez, Rosado, Torres, Queco o Fernando y Miguel Ángel Rondán que subían del filial.    
Tenía alturas de miras Gutiérrez Murillo que incluso pensaba en un Domecq remodelado que sirviese como escenario de futuro para el fútbol jerezano y xerecista, pero los temas inmobiliarios se impusieron y Domecq fue derribado. Bajo su presidencia se jugó el último partido en ese emblemático estadio y también se inauguró Chapín con el Xerez CD-Real Madrid y el gol de Adolfo Aldana que ya está en la historia de los anales futbolísticos de la ciudad.
Gutiérrez Murillo nos ha dejado pero no lo ha hecho su estela de hombre de bien, de persona arraigada en sus convicciones sociales, de gestor intachable, de xerecista de raza al que le faltó que le hubiesen dado la oportunidad de haber seguido el proyecto que comenzó y que no le dejaron acabar. No por ello se retiró a sus cuarteles de invierno, sino que siguió con su carnet de socio, incluso presentando en tiempo y en forma una iniciativa, que finalmente no tuvo más recorrido por aquello de la politización en la que entró el fútbol, en la que intentaba concentrar alrededor del Xerez CD a todo el deporte de la ciudad. Desde las gradas asistió al devenir de un equipo que soñó importante y que se hizo importante en el comienzo del siglo con su ascenso a Segunda División, su asentamiento en la categoría y su posterior salto a la gloria aquel 13 de junio de 2009. Luego llegaría lo que todos sabemos. Pepe lo siguió todo desde la cercana distancia como muy bien explicó un día en el programa deportivo de 7TV, cuando vino a esta casa acompañado de Manuel Ladrón de Guevara, un periodistas amigo que estaba en Cope en los comienzos de los 80 antes de dar el salto a Canal Sur,  con el que compartió muchas cosas, muchas intimidades en aquella época gloriosa del Xerez Club Deportivo. El abrazo que ambos se dieron en el plató  no fue sino el sentimiento de una amistad que ha durado durante los años, como han sido innumerables las amistades que Pepe hizo a lo largo de su carrera deportiva y profesional.
Descanse en paz un hombre que ha estado muy presente en la sociedad jerezana, no solo deportiva, que ha sido una persona muy apreciada, muy respetada y que a los 75 años de edad nos ha dicho adiós.  Descanse en paz .

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