“Una pieza más abierta y más abstracta”. Así define Marco Flores su espectáculo ‘Fase alterna’, que podrá verse este domingo día 3 de marzo en el Teatro Villamarta, escenario principal del XXIII Festival de Jerez. Un montaje que surge “de la necesidad de romper con la identidad artística” y esa ruptura se aprecia en cómo el cuerpo se transforma y cambia en su interrelación con el espacio, la música y otras danzas.
El certamen jerezano ofrece también en Sala Paúl la mezcla del baile con las artes plásticas que José Maldonado lleva a cabo en ‘Bodegón, obra que será exhibida en Sala Paúl, dentro del ciclo ‘De la Frontera’.
En ‘Fase alterna’ unos acordes de la guitarra de José Almarcha introducen unos coros. A partir de aquí se inicia la danza de Sara Cano, artista invitada, y Marco Flores. Un baile libre de cánones y “abiertos a cualquier posibilidad que nos ofrezca el cuerpo”, en palabras del bailaor gaditano. Y, por supuesto, esta libertad del movimiento está en conexión con el grupo, con el cante, el compás de las palmas, la guitarra o, incluso, el silencio.
Distintos palos flamencos impulsan esta obra (coreografiada por Olga Pericet, Yoshua Cienfugos, Sara Cano y Marco Flores), donde la búsqueda incesante de nuevos caminos suele ir acompañada de una raíz tradicional. “Nuevas formas, cambiantes todas ellas, que vendrán marcadas por el entorno en el que los bailarines se encuentren en cada momento”, manifestó Marco Flores ante los medios de comunicación.
Esta libertad de movimientos se extiende a la posibilidad de abrazar otras dinámicas escénicas y que el cante pueda compartir otros estilos musicales. Todo ello con la personalidad inherente a cada intérprete.
En ‘Fase alterna’ “cada componente es una pieza clave” Así, al margen del baile de Marco Flores, Sara Cano y Ana Romero, también el protagonismo está en el cante de Mercedes Cortés, el espacio sonoro creado por Mel Semé y la guitarra de José Almarcha. Cada uno de ellos aporta tonalidades nuevas al espectáculo hasta configurar una atmósfera artística “abierta a cualquier posibilidad”.
Esa “posibilidad” da pie a la improvisación, a llegar al límite hasta provocar la disociación. Un concepto éste muy presente en esta pieza, puesto que se da la circunstancia de que la música puede que no se ajuste al tipo de baile que se interprete o bien sea el espacio escénico (a través de la iluminación, por ejemplo) y emocional el que genere este ‘aparente’ desajuste. Ello obliga al artista a “cambiar de registro”, a que “desestructure su baile para llegar a una lectura libre”. Cuando el intérprete llega a su punto emocional más fuerte vuelven de nuevo los recursos artísticos a asociarse con pautas más tradicionales.
“Es una obra que sugiere”, indicó Marco Flores y donde entran en juego las sinergias aportadas por bailaores de otras disciplinas artísticas. “He aprendido mucho”, confesó, en esta búsqueda de no ceñirse a un personaje y convertirse en un intérprete.
En Sala Paúl
El proceso creativo de un artista llevado a la escena. Ése es el propósito del espectáculo ‘Bodegón’ que el bailarín y corógrafo José Maldonado exhibirá en Sala Paúl, dentro del ciclo ‘Sin Frontera’. Un montaje en el que cuenta con el bailaor Javier Latorre y la bailarina Carmen Coy como artistas invitados para introducir al espectador no sólo en el flamenco, sino también en las artes plásticas.
El enfrentamiento de un artista a un lienzo al blanco, la llegada de la inspiración, la duda, el recuerdo del maestro, lo aprendido en sus comienzos o la contemplación de la obra son algunos de los conceptos sobre los que versa el espectáculo de José Maldonado. “Un espectáculo donde el pasado, el presente y el futuro se dan la mano”, según el bailarín. En este tránsito tanto Javier Latorre como Carmen Coy ejercerán de guía de José Maldonado: él, como maestro; ella, como musa necesaria. A ellos se suman la guitarra de David Durán, el cante de Ismael de la Rosa ‘El Bola’, el violín de Víctor Guadiana y la percusión de Kike Terrón.
Maldonado calificó a sus artistas invitados “como dos pilares” en la dinámica de su montaje. Entre otras cosas, porque representan “papeles muy reales” vinculados a su trayectoria artística.
Tras alabar las virtudes de Maldonado, Javier Latorre dijo que ‘Bodegón’ “me hace descubrir facetas nuevas” como, por ejemplo “hablar en escena”. Su papel como maestro lo desempeña de una forma “muy natural”, puesto que la docencia del baile es una de sus actividades desde hace muchos años.