La quinta experiencia del ciclo Catas con Gusto tuvo como protagonista a la Bodega González Byass, que propuso al público asistente un recorrido emocional a través de algunas de sus joyas enológicas con pinceladas de nouvelle cuisine. Sobre la mesa, cuatro de sus vinos de gama superior, los VORS Del Duque, Apóstoles, Matusalem y Noé, cada uno de ellos vinculado a un exquisito bocado con el que seguir explorando nuevas sensaciones, y bajo el compromiso de traducir emociones constantes.
“Hay que apelar a las emociones detrás de una copa”, reivindicaba José Argudo, director de Marketing de la bodega, en la apertura de la cata. No sólo eso; también pidió “desencorsetar” este tipo de “vinos de sacristía” y “compartir la experiencia, de manera que todos nos convirtamos en embajadores del jerez. No lo olvidemos: somos los vinos de referencia en el mundo”, subrayó, recalcando asimismo la tradición “familiar” de una bodega que mantiene un firme compromiso con la “calidad” de todos sus vinos.
A su lado, Silvia Flores, ayudante de enólogo en la bodega, y encargada de guiar a los asistentes por entre las peculiaridades exquisitas de cada vino y por la de sus maridajes. Así, y tomando como punto de partida el amontillado Del Duque, resaltó su brillo, su color ámbar, los aromas “impresionantes” a frutos secos, a madera, a laca, a barniz, “propios de sacristía” que desprende, y a su “poderosa entrada” en boca, “súper elegante con un final eterno”. Así tradujo ella misma sus emociones al saborearlo; pero fue más allá al invitar a acompañarlo con nueces y al remarcar el “abanico de combinaciones impresionantes” de este amontillado que “casa con todo”.
Argudo apuntó que estamos ante un “Tío Pepe con más de 30 años. Un vino que fue fino hace muchos años, que conserva matices de lo que fue y que se aproxima a una vejez notable”.
A continuación se dio paso al palo cortado Apóstoles, etiquetado como medium por su condición de “vino de autor” -combina 87% de uva palomino con 13% de Pedro Ximénez-, y que ya fue definido por Manuel María González como “un vino con finura y nariz muy delicada, parecido al amontillado, pero con estructura y cuerpo de oloroso”. La “leve dulcedumbre” que le otorga la uva Pedro Ximénez hace posible que su paso en boca posea una “elegancia y finura que enriquece al propio vino”. En este caso, el maridaje se realizó con mojama de atún de Barbate: “El contraste brutal entre el dulce y el salado procura una armonía fantástica”, concluyó Flores.
Matusalem fue el siguiente en la cata. Un oloroso dulce, un “blend, o vino de cabeceo”, que mezcla igualmente las dos varietales anteriores pero ya con más presencia de la Pedro Ximénez. Para disfrutar de sus sensaciones se hizo acompañar con un poco de queso Stilton, siempre en la búsqueda de “armonías por contrastes”.
Y para finalizar, la “joya de la corona”: Noé, un Pedro Ximénez definido como “vino amoroso” que fue acompañado con onzas de chocolate negro venezolano -con punto de sal- para prolongar la experiencia de un vino “que no empalaga; es más, invita a un nuevo sorbo”, a traducir nuevas emociones. “La largura de estos vinos es impresionante, son infinitos, por el recuerdo que nos dejan en boca”, resumió en su despedida José Argudo.
El ciclo Catas con Gusto, organizado por Publicaciones del Sur, con la participación de El Corte Inglés y la colaboración de la Diputación de Cádiz, persigue con cada una de sus citas la promoción y divulgación de los vinos que se producen en la provincia de Cádiz.