Los hechos tuvieron lugar hacia las 11.30 horas, según indicaron fuentes policiales, cuando la víctima del robo, un abogado, se disponía a cerrar un trato comercial con un grupo de personas con las que supuestasmente se había cerrado la venta en Madrid, según comunicó el propio asaltado. En base a las informaciones recibidas por este diario, la víctima tiene una página web en la que realiza compraventa de relojes de marca, y había concertado una cita con un grupo de personas en la cafetería del supermercado.
Una vez allí, uno de los cuatro individuos abordó al joven, que acababa de salir de un vehículo BMW de color blanco. Confiado al pensar que se trataba de unos simples clientes, la víctima se sorprendió al comprobar que el presunto comprador le pidió identificación fingiendo ser agente de policía. Según el relato de los hechos realizado por la víctima, acto seguido aparecieron detrás de él otros cuatro individuos, esgrimiendo al menos una pistola. Todo ello a la vista de las decenas de personas que en ese momento acudían a comprar en el supermercado o paseaban por los alrededores.
Amenazado por estas cuatro personas, el denunciante no pudo ofrecer resistencia alguna, y los asaltantes se llevaron del interior del vehículo algunos efectos personales de la víctima, entre ellos un ordenador portátil y una chaqueta. No obstante, en la rapidez de su acción los asaltantes decidieron obviar otros objetos, como la cartera de la víctima. Inmediatamente, los ladrones huyeron del lugar con las pertenencias del asaltado, incluidas las llaves del coche.
Intervención
Momentos después del suceso, hicieron su aparición en escena varias patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local. En uno de los vehículos, los agentes y el asaltado habían patrullado el lugar, probablemente en busca de los ladrones. Posteriormente, regresaron al aparcamiento.
La víctima del atraco prefirió no mostrar su imagen en este medio ante el temor de posibles represalias. A su regreso al lugar del robo, solicitó los servicios de grúa para llevarse el coche del lugar, dado que los asaltantes se habían llevado la llave.
De igual modo, agentes de la Policía Local colaboraron controlando el tráfico de la rotonda del Supersol. Varios curiosos y algún probable testigo presencial permanecieron durante al menos tres cuartos de hora a las puertas del supermercado recopilando información sobre lo ocurrido.
En el interior de la gran superficie, no obstante, se mantenía el clima de normalidad y la gente seguía realizando sus compras como de costumbre.