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Salustiano Muñoz y José Fuentes superan el mes en huelga de hambre

Los dos empresarios dicen que llegarán hasta el final de sus reivindicaciones, ?incluso hasta la muerte?

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El desempleo es uno de los rostros más devastadores de la crisis económica. Miles de campogibraltareños se enfrentan a una tragedia diaria en la que la desesperación aleja todavía más sus aspiraciones de una vida digna. Junto a ello, la crisis está mostrando otra cara todavía más dura y que se está manifestando en el Campo de Gibraltar: la injusticia.

Las decisiones de empresarios, la morosidad de la Administración pública y la falta de respuestas de la propia Justicia ha llevado a muchos campogibraltareños a adoptar medidas desesperadas (todavía flota en la conciencia de la sociedad el suicidio de un hombre en una sucursal bancaria de Algeciras ante su desesperación económica).

En este panorama, dos voces se han alzado con fuerza para protestar contra esta injusticia, iniciando dos procesos de huelgas de hambre que, si en un principio adquirieron poca gravedad informativa, ahora, transcurrido ya un mes de su decisión, alcanza sus tintes más dramáticos.
Es el caso de los empresarios José Fuentes, de Jimena; y Salustiano Muñoz, de La Línea, ambos desesperados por la situación económica en la que se ven abocados, sin obtener ninguna respuesta que les permita ver la luz al final del túnel.

José Fuentes
El caso de José Fuentes tiene su origen en la finca La Jarandilla, en Castellar de la Frontera, donde sobrepasó el viernes el mes en huelga de hambre. Allí, él y su familia regentaban el campamento de La Jarandilla, un aula de naturaleza que empezaron a explotar hace 18 años, con unos compromisos verbales con los antiguos dueños de la finca y el Ayuntamiento.

Todo transcurrió bien hasta que llegó la nueva empresa que explota los recursos de La Almoraima, y cambió el Consejo de Administración, entrando la empresa Tragsa, que hace los trabajos selvícolas y de explotación.

“Pensábamos que íbamos a tener una posibilidad de mejorar, incluso incorporarnos en el organigrama de la finca, y cuál fue nuestra sorpresa cuando sólo recibimos la exigencia de que nos marcháramos”, señala Fuentes, que recuerda cómo, tristemente, “las conversaciones se rompieron y empezaron a hacer un acoso, y nos dijeron que nos teníamos que ir a través de un burofax”.

Fuentes y su familia se dedicaron durante estos 18 años a realizar rutas medioambientales, talleres de anillamiento de aves, navegación por el río Guadarranque y una amplia labor educativa y social en la finca y el casco antiguo.

Sin embargo, la llegada de la nueva empresa finalizó de forma abrupta esta relación. “Traen el concepto feudal de los señores antiguos, de que la gente que vive alrededor de la comarca somos añadidos a sus posesiones, sus cacerías y su explotación, y que el dinero no lo revierten dentro sino que se lo llevan para Madrid. Siempre vienen a explotarnos gente de fuera”, señala Fuentes.

Su familia vive un drama, porque los préstamos los están pagando sus hijos, y ha tenido que recurrir incluso a Cáritas para comer. “Ya, como colofón, nos dice el director de La Almoraima, Emilio Romero, que hemos cometido una torpeza por reivindicar en la puerta y ya es una afrenta, y que si aceptan supondría un precedente para otras personas”, asegura.

La reivindicación de Fuentes “ya no sólo son los dos puestos de trabajo, ya que mi lenguaje es el del proletariado. Aquí hay 440 parados, y hay unas tierras que son del Ministerio de Medio Ambiente. Mi postura es también para solicitar que aquí hay tierras que no se está haciendo uso de ellas. Aquí hay 16.000 hectáreas, que le pueden dar uso a muchas familias, con actividades de energías renovables, y la biomasa”. Fuentes está recibiendo muchos apoyos, como el que tendrá lugar a las 19.00 horas en la rotonda donde se encuentra, a las puertas de la finca La Almoraima.

Salustiano Muñoz
El empresario linense Salustiano Muñoz del Campo está protagonizando otra huelga de hambre, de la que se ha cumplido también un mes esta semana. Su problema nace de dos deudas, una de 111.000 euros desde el año 2000 y otra de 650.000 euros de su puesto en el anterior mercado linense.

Tras reclamar durante años este dinero, y sin serles reportado, inició una campaña que le llevó a presentarse en la puerta del domicilio del alcalde, Alejandro Sánchez, en Los Barrios, motivo por el que el primer edil presentó varias denuncias por persecución.

Estas denuncias desembocaron en varias detenciones del empresario por parte de la Guardia Civil, después de las cuales regresaba al domicilio de Sánchez.

Finalmente, el juzgado de instrucción número 4 de Algeciras dictó una orden de alejamiento contra Muñoz del Campo por “las amenazas vertidas por este señor tanto delante de agentes de la autoridad, como de la propia familia del alcalde”.

Esta situación le llevó a iniciar una huelga de hambre en la puerta de los juzgados de instrucción de Algeciras, en la plaza de la Constitución, hace ya más de un mes. “El alcalde de La Línea ha ido contra mi dignidad y contra mi persona, utilizando su cargo. No es grato que me digan que lo estoy coaccionando y que le hago chantaje al Ayuntamiento, o que le robo a mis hermanos. Son mentiras y yo sigo aquí en los juzgados y ya se verá dentro de poco”, asegura.

Consecuencias
La desesperación, la injusticia y la falta de respuestas están llevando a los dos empresarios campogibraltareños ha mantener sus huelgas de hambre, en un punto en el que el peligro para su salud ya es un riesgo, y convierte en una verdadera amenaza social la falta de respuesta de las administraciones a sus problemas.

Los dos han tenido ya que ser trasladados al hospital Punta Europa en una ocasión, para ser atendidos de disfunciones en sus constantes vitales como consecuencia de la falta de alimentación. Además, se une a ello el problema de arritmia que padece Fuentes y el de riñón de Muñoz.

Salustiano Muñoz inició el proceso de huelga tomando caldos y gazpacho. Ahora, al igual que Fuentes desde el primer día, sólo se nutren de líquidos (agua, Aquarius, zumos, café y té).

“Por la mañana te levantas muy mal, muy lacio, pero de aquí no me muevo”, afirma Fuentes, que recibe asistencia periódica de una UVI, la cual, “por la cardiopatía, una alteración al no comer y los insomnios, que me produjo una taquicardia, me llevaron para unas revisiones”.

Por su parte, Salustiano señala que “parece que me va saliendo cada día más coraje. Pero yo ya no me encuentro bien y me están saliendo algunas ronchas. Mis piernas me las encuentro ya muy débiles y muy delgado. Me encuentro fuerte en el aspecto de que me da más fuerza todavía la razón que llevo y que sé que es así”.

Su desafío a la justicia parece inamovible. “Me da un poco de miedo, porque no sé cuál va a ser la reacción de mi cuerpo y de mi mente”, manifiesta Fuentes, que asegura que “si me ingresan, en el momento en el que yo cayera, mi mujer está dispuesta, y mis hijos también están esperando”.

Por su parte, Salustiano Muñoz afirma que “lo tengo muy claro. Me negaré a ser alimentado por la vía de suero. Llegaré incluso hasta la muerte, otro luchará por mí. Yo he luchado por lo que he luchado toda mi vida y por lo que me han enseñado mis padres”.

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