Matt Dillon protagoniza la nueva película de Fernando Trueba 'Isla perdida', un thriller a ritmo de jazz dividido en tres partes que arranca con la luminosidad del verano en una isla griega, se enreda en otoño con preguntas incómodas y desasosegantes y llega al invierno convertido en una novela gótica.
Una elección 'ideal', en opinión de Trueba, porque Dillon era "el galán romántico, pero maduro, sexy, que entiendas que alguien se pueda enamorar de él, por supuesto, pero que en un momento dado te puede dar miedo. Él reunía todas esas características, no se me ocurría otro más adecuado".
En una entrevista con EFE, Dillon se ríe un poco turbado cuando, a su lado, Aida Folch comparte el juicio del director y repite que sí, que es muy sexy, aunque el estadounidense enseguida explica que lo más importante en una película "son tres cosas muy sencillas: el director, el guion y el personaje".
En este caso, añade, "creo que lo que me gusto fue un guion que no era nada esquemático y que, por difíciles que se pusieran las cosas, era lógico todo lo que iba pasando".
'Isla perdida', 'Haunted Heart' en su título internacional, está rodada en inglés, español y griego, y abre hoy mismo la 14 edición del Atlàntida Mallorca Film Fest, el mayor certamen de cine online de Europa, que se podrá ver a través de Filmin hasta el 19 de agosto.
La cinta, dividida en tres partes como tres movimientos de una sinfonía, comienza en verano, cuando Álex (Aida Folch), una aspirante a maître llega tarde a su cita laboral con Max (Dillon), dueño y chef de un restaurante al que solo se accede en barco, y debe conformarse con trabajar de camarera.
Ella nota el flechazo y, a pesar de que viene huyendo de un pasado doloroso, se lanza de cabeza a por él. Pero Max es un hombre oscuro, reservado, que al principio solo parece ser tímido.
"A medida que la historia avanza es muy interesante ver cómo va cambiando todo con la temporada -explica Dillon a EFE-; al principio, en verano, hay mucha gente, muchos turistas, en otoño hay menos gente, pero en invierno no hay nadie, están solos".
Y, en el camino, añade, "la evolución de Max se va haciendo cada vez más real y ella empieza a saber quién es él; la tensión crece y ella cambia (...) Está todo planeado, por supuesto -dice Dillon-, pero no como algo exótico. Lo que ocurre es muy creíble: el desarrollo de su historia, cómo se conocen, y como Álex cada vez es más vulnerable, porque está enamorada".
El neoyorquino, de 60 años, no escatima elogios sobre Folch, protagonista en 2012 con Trueba de 'El artista y la modelo".
"Es preciosa y es genial trabajar con ella. Había una conexión entre los dos que me hizo mucho más fácil rodar algunas escenas. Eso era importante porque podíamos hablar, preparar el personaje y me sentía siempre muy conectado a ella", afirma uno de los protagonistas de "Rebelde", la mítica cinta de Francis Ford Coppola de 1983.
"Ha sido una suerte trabajar con esta gran actriz, aunque la próxima vez tiene que ser ella la que haga de psicópata, porque es muy peligrosa", comenta Dillon entre risas, desvelando uno de los secretos de la película: hay un psicópata.
Y es que a Folch le ha encantado la parte de la cinta en la que Trueba la lleva al límite, convirtiéndola en un personaje casi gótico.
"Me ha encantado hacer este tipo de cine, que nunca había hecho, pero que como espectadora lo disfruto muchísimo. Me encanta el cine de relaciones personales, de amor, sensual, con misterio... Para mi era importante volver a la esencia de mi trabajo: no hacer, sino mirar al otro, escucharle, creérmelo, que él se lo crea. Volver a lo esencial", resume la catalana en declaraciones a EFE.
La música, el pasado como concertista de clarinete de Max, es el hilo que ha unido a Trueba y Dillon: ambos son expertos en música cubana y jazz, motivo más que suficiente para que la banda sonora sea otro importante personaje en 'Isla perdida', que llegará a las salas el próximo 23 de agosto.