El reciclaje de las prendas de segunda mano crece y las donaciones de ropa de los jienenses a Cáritas aumentaron en cien toneladas el año 2018, respecto al año anterior. Los jienenses reciclaron el año pasado más de 751.814 kilos de ropa, recogidos en los 90 contenedores que Cáritas tiene repartidos en 33 poblaciones de 30 municipios. En 2017 se donaron 656.237 kilos.
Cáritas Diocesana ha inaugurado una nueva tienda ‘Moda Re’ en Úbeda, en la calle Cronista Cazabán, en pleno centro comercial ubetense. Se trata de la segunda tienda abierta en la provincia, tras la de la capital jienense.
Según datos ofrecidos desde Cáritas, ya disponen de 14trabajadores, de los que diez son de inserción. La intención es abrir en Linares la próxima tienda de la provincia jienense.
La iniciativa, gestionada en Jaén por la empresa Recuperaciones Redoble, empresa de economía social vinculada a Cáritas Jaén, “posibilita la generación de empleo de inserción para personas en situación de exclusión”, según reconoció el director de Cáritas Diocesana de Jaén, Rafael López-Sidro.
Igualmente, aclaró que supone “un paso importante más de consolidación de la empresa y de cumplimiento de los objetivos de implantación de varias tiendas en la provincia”. En esta línea dijo: “El proyecto nos permite crear empleo y dar salida a una ropa que nos es donada y que está en perfectas condiciones de uso.
El objetivo principal que buscamos es crear empleo para quienes tienen más dificultades de inserción”. López-Sidro valoró el papel del proyecto impulsado por Cáritas Española, centrado en el reciclado de ropa de segunda mano, con criterios éticos y basado en un modelo de economía solidaria y sostenible.
El concejal delegado de Comercio del Ayuntamiento de Úbeda, José Luis Madueño, señaló la satisfacción municipal ante la apertura de esta nueva tienda Moda Re, especialmente, por los fines que tiene de inserción de personas en riesgo de exclusión.
La responsable de la tienda de Úbeda, Anabel Serrano, avanzó el proceso de selección al que se somete la ropa, según el destino que se dé a las prendas.
Valoró la posibilidad que se ofrece a personas en riesgo de exclusión “de disponer de un contrato de tres años, periodo en el que, además de contar con un trabajo, cuentan con la posibilidad de aprender un oficio”.