La cofrade María José Chica García ha sido este año la pregonera de la Semana Santa de Jaén, la primera mujer con el honor de pregonar la antesala de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Y lo hizo de una forma brillante, demostrando su pasión, devoción, fe y amor a Jaén y su Semana Santa. “La de Jaén es una Semana Santa bella, sentida, vivida, creyente, cofrade, amorosa, entregada como cualquier otra”, reconoce.
Hermana de la Cofradía del Perdón desde 1990, la ha acompañado como mantilla y hermana de luz, reconociendo que vivir la Semana Santa evangelizando en las calles es una de las experiencias “más purificantes”.
Al hacer una radiografía de la Semana Santa jienense, Chica reconoce el descenso de hermanos de luz y costaleros en las cofradías que realizan procesión en la ciudad. “La devoción no sería menor si un paso se tiene que llevar a ruedas, porque la tradición costalera es muy reciente en la capital, pero sin hermanos de luz, las procesiones no tienen futuro”, valora.
Vivirá una Semana Santa “muy especial”, con una agenda diferente a la de otros años, pero no renunciará a callejear. “Desde siempre me ha gustado la Semana Santa, echarme a la calle todos los días y disfrutar de las procesiones en muchos lugares”, asegura.
Este año también lo hará desde la tribuna oficial, por su condición de pregonera, habiéndose manifestado a favor del nuevo modelo de palcos propuestos por la Agrupación de Cofradías para el itinerario oficial. “Las personas que ocupan esas sillas suelen ser mayores y familias con hijos pequeños y se conciben para que tengan una mayor comodidad. No es cuestión de que sea una Semana Santa de ricos y de pobres, no es cierto”, apunta.
Espera ver algún día realizar estación de penitencia en la Catedral, que las cofradías puedan “postrarse ante el Santísimo Sacramento” y defiende que la Semana Santa de Jaén “merece la pena verla y disfrutarla por el sello particular de cada una de las hermandades”.