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Lleno en El Salvador con La Amargura

El Hermano Mayor, Ángel Contreras, comunicó a los cofrades la decisión de no salir al contar con partes meteorológicos de un 70% de probabilidad de lluvia

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  • Con La Amargura. -

Aplausos y lágrimas en El Salvador ante la decisión de no realizar procesión de penitencia. El cielo de la capital estaba cubierto de nubes y había dejado lluvias horas antes de que la Junta de Gobierno de la Cofradía de Nazarenos de Nuestro señor de la Pasión Despojado de sus Vestiduras y María santísima de la Amargura tuviera que tomar la decisión más importante del año cofrade.

Cuando faltaban veinte minutos de la hora prevista para la salida, la Junta de Gobierno se retiró a deliberar. Mientras, la plaza Reina de El Salvador y sus alrededores acogían a numerosos jienenses que aguardaban desde primera hora de la tarde y que fueron testigos de los primeros sones cofrades interpretados por las Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Despojado.

Éste ha sido ell primer Lunes Santo como Hermano Mayor para Ángel Contreras, que fue el encargado de comunicar a los cofrades que esperaban en el interior del templo la decisión de no realizar procesión de penitencia. “No queremos vivir una procesión con prisas. Los partes meteorológicos dan lluvia y no podemos poner en la calle a nuestras imágenes”, comunicó. Y es que la probabilidad de lluvia era de un 70% hasta las siete de la tarde.

El anuncio se realizó a las cinco menos cuarto. Fuera ya sabían que no verían la Cruz de Guía atravesar la puerta de la parroquia, que finalmente se abrió a Jaén antes de las cinco y media para que los ciudadanos pudieran contemplar los pasos y rezar ante las imágenes titulares. El Salvador se llenó de fieles.

En el interior del templo se vivieron momentos muy emotivos. Nazarenos y costaleros aplaudieron la decisión de su Junta de Gobierno, pero se escucharon llantos y se sucedieron los abrazos de consuelo entre hermanos, que no pudieron evitar la emoción.

El Misterio de Jesús Despojado, con la talla del canasto finalizada, era rodeado de sus costaleros y capataces, que protagonizaron momentos de verdadera hermandad en el templo.

El capataz Rafael Mondéjar, muy emocionado, tuvo palabras de cariño y admiración para cada uno de los hombres de su cuadrilla. Mientras, los músicos de la Banda de Nuestra Señora de la Amargura le cantaron la Salve a la Reina de El Salvador, que lucía en su pecho un tisú dorado, donación de un cofrade.

Las puertas de la parroquia permanecieron abiertas hasta las 19:30 horas, cuando comenzó la Misa.

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