No es un mal comienzo que más de mil jienenses se desplacen en las calurosas noches de la capital al Castillo de Santa Catalina a disfrutar de una obra de teatro clásico. Es, incluso, alentador que cientos de espectadores abandonen la pequeña pantalla, y acompañados, en muchos casos de sus hijos, se acerquen a ver cuatro revisiones de textos cómicos y dramáticos del teatro de todos los tiempos. Tanto, como descorazonador, que quienes deben dirigir la política cultural desde todas las administraciones no sientan el mismo impulso que este millar de vecinos, que sábado tras sábado, en el patio de armas del castillo, con la torre del homenaje como testigo, han colgado el cartel de ‘no hay entradas’ y de todos aquellos, que por lo limitado del aforo, no han podido conseguir su localidad. El programa ‘Jaén Genuino’, que impulsa este periódico gracias al patrocinio de la Diputación, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la Caja Rural, ha hecho que las piedras declamen en el mes de julio en una capital desterrada de la agenda cultural. Y lo ha hecho con tres compañías de Jaén, que han demostrado el elevado nivel de los actores y directores de esta tierra, más reconocidos en muchas ocasiones en otros lugares, con apuestas, además, arriesgadas como empresarios. ¡Qué buenos vasallos si tuvieran buen señor!